Capítulo 25.

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"Tus ojos, hermosos y enamorados;

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"Tus ojos, hermosos y enamorados;

lo único que voy a querer ver el día que despierte a tu lado.

Tanto, tanto así te he imaginado,

que mi mente piensa que contigo esta mi futuro añorado."


El poema que había escrito días atrás seguía rondando por su cabeza. Pame le gustaba, estaba enamorado de ella y lo había admitido. Los últimos días estuvo escribiendo poemas y cositas cortas en su nueva libreta, nadie esperaba de la familia que volviese a hacerlo, pero lo hacía. Sin embargo, esta vez estaba rondando en su cabeza para evitar burlarse de la chica a su lado que le veía rabiosa mientras daban frenones involuntarios.

—¡Timothy! —Grito mirándolo. Timmy tomo el timón con fuerza antes de frenar y así poder ver a la chica—. No me prestas atención, llevo dos horas explicándote lo mismo y tú solo asientes con la cabeza pero no haces lo que te digo. No puedes hacer ese tipo de cosas mientras manejas para hacer el cambio porque se te apagara el auto.

—Esto es más difícil de lo que se ve—comento. La melliza se había prestado para dar sus clases de conducción el día de hoy, Simon llevaba semanas enseñándole y ya había algunas cosas que había aprendido, pero al parecer hoy se le había olvidado todo. Culpaba a su enamorada, ella simplemente había accedido a darle las clases pero gritaba como loca cuando algo salía mal, no era tan tolerante y paciente como el apuesto oji azul de los Fitzpatricks. A Timothy le gustaba verla tranquila y risueña, no roja y molesta como lo estaba en ese momento.

—Si me prestaras atención esto no estaría pasando, vamos de nuevo—dijo. El chico preparo todo nuevamente, se encontraban en un lugar casi que desértico, acompañados simplemente de otro auto no muy lejano siendo conducido por un chico joven y su madre al lado. Pame le había comentado que aquí había aprendido ella a manejar antes de sacarse la licencia y casi que matar al anciano que se la dio. Se acomodó bien en el asiento del conductor y comenzó nuevamente.

A Timmy le gustaba concentrarse en las cosas que hacía. Aun se le hacía difícil entender cómo es que manejaban, escuchaban música de fondo y hablaban con otra persona, todo al mismo tiempo. En especial, les guardaba mucho más respeto a esas mujeres que podían lograr maquillarse dentro del carro, él incluso se golpeaba cuando tenía que cambiarse la camiseta cuando era pequeño y tenía que llegar temprano a las prácticas de futbol después de la escuela. Manejaba lo más lento posible porque aunque la camioneta era de él y su hermano, no quería tener a Simon gritándole por algún daño menor presentado.

Pame le miro y el sintió la vista de la chica sobre él. Comenzó a andar calmadamente, haciendo los cambios específicos y utilizando todo de la manera correcta como se lo habían enseñado.

—Acelera un poco—comento la chica a su lado. Lo hizo y pudo hacer un cambio. Agradeció que el otro auto que se encontraba con ellos se encontraba bastante lejano. O eso creía.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora