Capítulo 11.

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Era viernes por la noche y Pame se encontraba nerviosa mirándose por última vez en el espejo

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Era viernes por la noche y Pame se encontraba nerviosa mirándose por última vez en el espejo. Lo que iba a ser una cita para tomar helado término siendo una cena gracias a la entrenadora. No es que le molestase pero amaba el helado. Sin embargo, estaba segura de que posiblemente no fuese a tragar ningún bocado por culpa del nerviosismo; aunque comiera como animal.

Otra vez su corazón se encontraba acelerado, estaba sudando y a punto de comenzar a gritar. Loras se encontraba parado en la puerta con un bol de cereal viéndola moverse frente al espejo como loca mientras se acomodaba un poco la chaqueta que llevaba. Miro por última vez su cabello trenzado.

—Trenzaste tu cabello, definitivamente ese Timothy está haciendo cosas que mamá no puedo hacer en años, hasta te peinaste— Comento su mellizo mirándola.

—Mamá es dramática, ella cree que nunca me peino pero lo hago, no con mucha constancia pero lo hago—Dijo mirando a su hermano—. Bien, ¿Cómo luzco? ¿Me veo bien?

—Hermosa como siempre—La voz de su padre apareció llenando el lugar por completo mientras se asomaba a un lado del brazo de su hijo varón.

—Iba a decir que luces exactamente como yo pero sí, eso definitivamente esta mejor—Pensó en voz alta Loras ganándose un pellizco de su padre que lo hizo respingar y llenarse la boca y la barbilla de leche con cereal—. ¡Papá!

—Deja a la niña quieta.

—Ella sabe que es hermosa, no tiene que estar una hora mirándose al espejo y esperar que un chico le diga que lo es. En realidad soy partidario de que la belleza es algo que uno como persona debe sentir, no esperar que alguien más se lo diga.

—No, es que ella no lo está esperando, ella tiene la certeza de que se lo dirá. Es una Brown, mis hijas son preciosas, de los dos hombres no puedo decir lo mismo pero hay salud y bienestar—Rio el padre al terminar las palabras, Pame rio con él.

—Tengo la misma cara de ella pero con menos cabello y mucho más atractivo—Dijo el chico sonriendo. Los tres rieron hasta que fueron interrumpidos por el timbre. Pame los aparto de la puerta después de tomar su bolso y salir de su habitación mientras comenzaba a caminar hasta la sala de estar.

Aunque se encontraba nerviosa, esta vez quería recibirlo ella y no su madre. Sin embargo su madre fue más fugaz que ella y para cuando la chica iba cruzando a la sala su madre ya se encontraba saludándolo. Así que hizo lo más tonto del mundo, se devolvió a su habitación porque ahora realmente se encontraba ansiosa. Su hermano y su padre caminaban lentamente hasta la sala pero se toparon con la chica.

En un momento poco común pero muy lleno de valentía ella se devolvió para dar la cara y enfrentar la situación. Principalmente porque quisiera o no tenía que dejar el nerviosismo a un lado y dar la cara.

Su padre y su mellizo la miraron con extrañeza antes de pasar a su lado para ir hasta la sala a avergonzarla mientras hablaban con Timmy. Porque era algo que los padres y los hermanos siempre hacían...Pensándolo bastante bien, la chica no quería que eso ocurriese así que fue en su búsqueda.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora