Mental Hospital [Larry Stylinson]

Capitulo I

Las calles se encontraban completamente cubiertas de fría nieve invernal.
Las pocas personas que caminaban por las veredas, se refugiaban dentro de calientes abrigos de fino cuero junto con bufandas que casi siempre cubrían la mitad de sus rostros y las puntillas que quedaban se eran dejadas llevar por las ventiscas invernales.

Louis, como ya se había vuelto una costumbre. Salió de su hogar cerrando con doble llave la puerta.

Bajó la cabeza cuando el viento chocó sobre su rostro y sus ojos se secaron por unos segundos, su nariz apenas pudo recibir el suficiente oxígeno y un leve ardor empezó a magnificarse dentro de su garganta.

El vecindario donde vivía lucía extrañamente sepulcral pues la nieve que caía en finas formas daba un tono blancuzco a las calles y todo lo que rodeaba. Los buzones, carteles y árboles se veían completamente disfrazados por la nieve.

Un poco a la distancia pudo distinguir a su vecino que como cada mañana salía a buscar el periódico frente a su puerta.

Louis sacudió su mano derecha en señal de saludo y el hombre repitió la acción.

"Buenos días, Louis"

"Buenos días, Niall"

Esa simple ocasión cada mañana podía ser la más simple de todo su día. Por ello jamás olvidaba hacerlo, ya que disfrutaba de ese momento como algo cotidiano.

El rubio sonrío levemente y cogió el papel entre sus manos para adentrarse nuevamente dentro de su hogar.

Con pasos cortos, algo tiritantes por el frío, caminó hasta el coche aparcado frente de su casa.
Con un estilo clásico y un color amarronado, incrustó la llave en la puerta del coche mismo, mientras la abría y se adentraba en el.
Intentó alejar los malos pensamientos que se arremolinaban dentro suyo y encendió la radio como si de un día normal se tratara.

Un jazz clásico empezó a sonar y el oji azul prendió el motor mientras golpeaba el borde del volante al ritmo de la música y comenzaba su marcha hasta el hospital.

"El día de hoy la temperatura es de -2 grados centígrados, el otoño se ha acabado amigos. Es hora de empezar a abrigarse lo más posible" empezó a hablar el locutor de radio junto con una canción de fondo "Cuidado con las calles, oyentes. Son muy peligrosas con esta neblina"

Louis seguía conduciendo con el ahora parabrisas activado.
La nieve se acumulaba en un tumulto que se hacía cada vez más grande de bajo del vidrio.

En un típico ir y venir, el parabrisas bajaba y volvía a subir a cada segundo.

De un momento para otro, la radio dejó de sintonizar para empezar a emitir una estática infernal que con el volumen que el oji azul acostumbraba escuchar a la emisora, se volvieron insoportables.

Con la mano derecha sujetando el volante, empezó a bajar el ruido de la radio.

Cuando por fín pudo dejar de escuchar la estática, subió la vista.
A lo lejos, dos luces brillantes empezaron a iluminar frente a él, al igual que el claxon del trailer frente suyo, empezó a sonar.

Rápidamente sujetó con fuerza el volante y volteó antes de que el choque sea inminente.
Frenó y el trailer pasó rozando el coche con gran velocidad.

Su corazón empezó a latir con fuerza dentro de él y sus manos empezaron a temblar como tambor en procesión de santos.
Quien lo culpa, casi estuvo a punto de morir.

"Mierda" susurró para él mismo

Suspiró con fuerza mientras miraba el techo intentando tranquilizarse.