Capítulo II.

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Hoy es el primer día de la semana y como todo domingo, debe ir al distrito comercial para surtir su despensa.

Nicolás conoce bien el lugar, por lo que rápidamente hace sus compras y sólo le falta ir a la panadería, sin embargo justo en la esquina de aquel local, Nicolás ve a un hombre de edad vendiendo algunas artesanías sobre un tapete.

-Parece que le ha ido mal, pues aún tiene demasiadas baratijas, -piensa-, pero aun así entra a la tienda para adquirir algo de pan y un jugo bien helado.

Y aunque hoy ha sido un día muy caluroso, el jugo no es para él, sino para el hombre mayor. El problema, es que Nicolás siempre ha sido corto de palabra, así que parado frente al anciano de ojos cansados, arroja el jugo a sus manos mientras le dice:

- Ande Beba.

A lo que el anciano replica – Gracias Muchacho

Pero involuntariamente la mente del "Muchacho" pone en sus labios una frase que  deja escapar:

- "Algo de agua por sabiduría" –y a pesar de que, en verdad él no supo por qué lo dijo, pudo percibir claramente, como todo se detuvo y el vagabundo dibujando una sonrisa en su duro rostro dejo de ser lo que era:-

No importa el lugar,
cielo, mar, tierra, luz u oscuridad.
Yo puedo deambular
a través de mil cosmos en mi entelequia.

¿Conoces la realidad?
¿Qué es lo primero, idea o materia?
Cientos de preguntas
para una sola y tan acertada respuesta.

"Un principio es el final,"
la energía cósmica así es como lo dicta.
"Todos son sólo arenas"
dentro del reloj que siempre da vueltas.

Nunca interesa la hora,
cómo ocupas tu vida, eso importa.
Abre ya tu mente corta,
solo ve, busca tu corriente filosófica.

La duda es un despertar,
ahora entiende que eres en realidad.
Mira de adentro a fuera
y escoge sabiamente la puerta correcta.


(El Avatar)
Yo puedo transitar entre millones
de cosmos, universos y planetas,
ya que guardo el poder
del gnosis y la conciencia.
Pero solo entrego sabiduría
a quien sabrá hacer buen uso de ella
porque esta se vuelve una maldición eterna.

El Navegante,
así es como me puedes llamar,
aquel que sirve al Único Ser Supremo
que redactó todas las reglas.

El Errante,
es así como muchos me nombran,
quien por entre luz, oscuridad,
cielo, mar, tierra y el firmamento navega.

"...Ven conmigo más allá de las estrellas...
...Toma mi mano y por un instante despierta..."


La luz del día entra a través de las persianas, mientras el despertador marca las 06:45 AM del  siguiente día de Marzo, pero aun cuando es temprano a él le parece que hubiera transcurrido una semana desde que escuchó hablar al mendigo; sin embargo por más que lo intenta, no logra recordar lo que sucedió después, así que se pregunta si Gabriela, su vecina de enfrente, una joven de cabello castaño a la que de vez en cuando suele ayudar con su jardín, lo pudo haber ayudado a llegar.

- Pero no, no fue ella, estoy seguro, pues no logro percibir su delicado aroma. –se dice a sí mismo-

Medio dormido y aun bostezando se dirige a la cocina donde le espera la bolsa de las compras, lista para que él prepare su desayuno, por lo que tomando pan y algo de mermelada se prepara un sándwich para regresar nuevamente a su rutina.

El silencio de aquella casa fruto de una herencia, es rara vez interrumpido, pues la soledad se ha vuelto un hábito desde que sus otros habitantes la dejaran, y Nicolás encaminara su concentración a su pequeño laboratorio y a las cátedras que dicta en la universidad del pueblo, donde muchos creen que sus ideas radicales sobre lo que él llama "Él Compás del Universo" son una locura.

-"Todo está conectado".

IKRÄTHA:  Cuentos de Soledad -Trygdall-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora