Tras seis meses, nuestra protagonista Evelyn, comienza a acostumbrarse a su nuevo mundo, pero es incapaz de dejar atrás la tierra, los recuerdos de sus seres queridos prevalecen ante todo, se siente tan débil en este nuevo mundo...
Varias preguntas...
- Claro que tú tonta... -le responde Ezarel guasón-.
- ¡Vamos...Evelyn! -exclama Karenn dándole la armadura emocionada y haciendo que los demás miembros de la guardia comenzarán a alentar a la joven-.
- Es tú turno, demuéstrales como te mueves preciosa -le anima su líder colocándole la ligera armadura, seguido de un coqueto guiño-.
La chica con un poco de duda se coloca en la posición que le corresponde, eligiendo como arma una espada de madera, a la espera de averiguar quién sera su contrincante, acto seguido su mirada se clava en Jamón, el cual, asienta y sonríe levemente, dándole un gran voto de confianza.
- Veamos quién será tu rival, aunque sí es de mi guardia lamento decirte que te pateara el culo -le susurra el peliazul acercándose con sonrisa desafiante mientras rebusca en el saco el nombre del elegido-.
- Eso ya lo veremos... -le contesta ella juguetona y con un toque de impaciencia-.
- ...Theo... -deja escapar Ezarel mientras su cara palidece-.
- ¿Theo?...¿quién es Theo? -pregunta curiosa y inocente-.
- Yo...yo soy Theo -dice entre risas un enorme cíclope abriéndose paso entre la muchedumbre-.
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La chica siente como su cuerpo tiembla instantáneamente, aquel faery perteneciente a la obsidiana, la mira como sí fuera un pedazo de carne que no dudara en despedazar.
Ve como algunos presentes, siguen el ejemplo de Ezarel, palidecen, otros sin embargo susurran entre si, y un pequeño grupo sonríe con diversión.
Nevra se acerca a ella inmediatamente...
- Evelyn, no se si esto es buena idea... -le susurra a la faelline-.
- Retirate... -dice Ezarel mirándola con seriedad-.
- ¡¿Pero por...?!...
- Ya os dije que esto no era una buena idea -interrumpe Valkion molesto-.
- ¡¿Pero que pasa?!, ¡se supone que es solo un entre...! -intenta preguntar aturdida por la situación-.
- ¡Callate, no entiendes nada!, ¡haznos caso por una vez y retirate del combate! -le contesta enfurruñado Ezarel-.
- ¿Qué ocurre, la pequeña y débil humana tiene miedo? -dice con una sonrisa de gozo el cíclope- no es de extrañar...ustedes los humanos, nunca presumieron de coraje...bueno a decir verdad, nunca presumieron de nada que no fuera cobardía y desprecio hacía otro seres... -suelta con enorme odio, clavando su único ojo azulado en la mirada de la faelline-.
Este comentario lejos de asustar a la chica la llena de ira, estaba harta que la reconocieran como débil, de sentirse repudiada por su lado humano, y se siente gravemente ofendida por las palabras del cíclope.
