Capítulo 4 Sin Dormir

29 4 2
                                    

Aiden era la respuesta a mis preguntas. Él aterraba y transtornaba mi mente con sus voces tan distorsionadas y sus ideas absurdas de querer cambiarme.

Me mantenía sollozando aún en mi cama a causa del mal sueño que había tenido instantes atrás.
No solo fue un mal sueño, si no que también despertaron en mi miles de cuestionamientos llenos de dolor y amargura... Esta no era la primera vez que despertaba durante la madrugada por culpa de sueños extraños que por alguna razón me hacían sentir miserable.

Ahora más que nada sentía la necesidad de buscar respuestas, esto ya no era solo una coincidencia aleatoria. Desde que pasó aquel insidente, muchas cosas cambiaron y afectaron mi vida... Pero no creí que llegaría hasta este punto. Aque entonces... cuando mi vida estaba al borde de la muerte y todo a mi alrededor era un completo desastre.

Miré el reloj sobre el mueble, el cual indicaban las 4:00 am en punto... La hora en que la oscuridad que me rodeaba era la más profunda. Era demasiado bueno para mi; en cuestión de unas horas tenía que alistarme para ir a la escuela.
  —¡Increíble! —susurré sarcásticamente.
Exasperada, tome mi celular para enviar un mensaje a mi mejor amiga, tratando de obtener una respuesta que pudiese tranquilizarme un poco; Pero para mi grandiosa  suerte... No obtuve respuesta de ella, era obvio ¿Quién estaría tan dañado para estar despierto a estas horas?... Y efectivamente, esa era yo.

Arroje mi celular a un costado mio y dirigí mi vista al techo de mi habitación.
Pensar en esto después de tanto tiempo, para mi había sido como un golpe bajo.
No estaba lista para volver a enfrentarme a todo aquello de lo que tanto me costo salir, aunque de cierta forma, había tenido recaídas acompañado de ciertos traumas con el paso del tiempo.

Las escasas imágenes que recuerdo de mi sueño, se mantenían dando vueltas sin rumbo por mi cabeza.
Estaba harta y no me quedaría esperando a que esto pase por si solo, sin hacer nada.
Saqué del cajón de uno de los muebles que se encontraban a cada costado de mi cama mi libreta donde escribía mis palabras ahogadas en el silencio. No era ninguna especie de diario supuestamente, pues yo no solía escribir diario y siempre había algo nuevo o diferente, un día podía escribir tan rebuscadamente como quisiera y otras solo era palabras cortantes que arrojaba cuando tenía mis recaídas.

En cuanto terminé de escribir me senté en mi cama sobre mi lugar decidida a solucionar esto.
  —Sabes... Si tanto quieres decir algo, no tienes por que perturbar mis sueños Aiden. dije amargamente.

Se que es de cierta forma estúpido querer discutir esto conmigo misma, es como si mi lado neutral debatirá con mi lado oscuro.
Indignada, terminé por volver a acostarme y acomodarme bajo las cobijas de mi cama; tomando así mi celular para poner música... Quizá de esa forma podría calmarme un poco, al menos las notas tristes de las melodias me reconfortaban en la mayoría de veces.

   • Escuchen ahora la canción

El tiempo transcurría rápido, tanto que mi alarma de todas las mañanas para despertar se hizo sonar... Me había mantenido pensando e imaginando por varias horas; parecía que me encontraba en alguna clase de transe extraño, nuevamente en un mal intento por recordar mi pasado y lidiar con las miles de preguntas de la vida .

¿Y la felicidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora