Después de que Caty me llamará para avisarme de que Lucí estaba escondida dentro de una de sus bolsas de compras, salí de inmediato en dirección a su casa. Estaba realmente preocupada por Lucí y esta era una de las primeras veces en que sucedía algo así con ella.
Caty y yo vivíamos relativamente cerca, por lo que no me tomé la molestia de tomar algún tipo de transporte para llegar, si no que sin dudarlo dos veces me dispuse a salir corriendo hasta su casa.
Y sinceramente creo que no es una de las mejores ideas que he tenido en mi vida, pues no habían pasado 2 cuadras y yo ya estaba muriendo por la falta de aire y la fatiga.
No me mal entiendan, yo era una chica delgada e incluso estaba segura de que había perdido al menos 3 kilos por no haber comido casi nada durante las últimas semanas, sin embargo no tenía buena condición física para correr.Después de haber pasado por 76 casas, 23 calles, 1 avenida, 2 semáforos y haber sufrido 3 posibles infartos, llegué a la casa de Caty. Me detuve justo en la entrada para poder tomar un poco de aire y calmarme para poder tocar la puerta y hablar con ella sin tener que hablar por pausas y que no me pueda entender nada.
Tan pronto como toque el timbre de la puerta, Caty abrió la puerta y tomando mi brazo me jaló con fuerza introduciendome al cálido interior donde se encontraba su sala.
—¡shhhhhh! — dijo en voz baja haciendo una señal con el dedo el la boca.
— ¿Que sucede? — dije si saber que estaba sucediendoCaty sin decirme nada, se dirigió a uno de los sillones donde estaban sus bolsas de compras y me hizo un gesto insinuando que mirara dentro.
Me acerqué sigilosamente y me asomé a la bolsa sobre el sillón que Caty me señaló y de inmediato mis ojos se iluminaron al ver dentro a Lucí plenamente dormida boca arriba con sus dos patitas hacia arriba.— Yo nunca había visto a Lucí dormir de esa forma, tan inocente y tranquila — dije en tono culpable por no prestar atención a mi propia gata.
— Es el momento para que empieces a pasar tiempo con ella, Ellen.
— Se que no le he prestado mucha atención últimamente, pero no es mi culpa yo... — Caty me interrumpió
— Yo sé... Pero si no puedes cuidarla ya, deberías pensar en darla en adopción
— ¿¡Estas loca! ? — pregunté ante la idea de abandonar a mi primera y única Gatita.
—Solo era una opción... Para que deje de sufrir.— su última palabra me hirió internamente
—... Será mejor que me vaya. — le contesté con frialdad y me acerque a tomar a Lucí en mis brazos.Tan pronto como tome a Lucí me dirigí a la puerta cerradola tras de mi sin mirar ni decir nada a Caty.
El camino de regreso fue más rápido para mi, me mantuve pensando en todo lo que Caty dijo y asimilando los errores que había cometido con Lucí y todo mundo.
Se que no era la mejor persona y tenía la mejor vida, pero hacía el esfuerzo por salir adelante a pesar de las circunstancias.Finalmente al llegar a casa mire el reloj de la sala que indicaban casi las 12 de la madrugada. Había pasado muy rápido el tiempo y las palabras de Caty se repetían una y otra vez en mi cabeza hiriendo mi corazón débil. Definitivamente hoy no había sido el mejor de los días de mi miserable vida... ó mejor dicho, nunca lo es para mi.
Entré a mi habitación con Lucí aún en mi brazos acariciandola, no quería soltarla nunca jamás, así que le prometí que la cuidaría bien y no la dejaría sola todo el tiempo. Se que ella podía sentir la ausencia de mi amor y compañía diaria y por eso ella actuaba de esa forma tan distraída y triste sin salir o jugar como ella lo haría normalmente.
Hay veces en las que solo actuamos por instinto y nos olvidamos por completo que hay más allá de lo que uno puede ver. Actuamos como estúpidos arrogantes llenos de egoísmo y llenamos nuestras vidas de amarguras y tristezas.
ESTÁS LEYENDO
¿Y la felicidad?
RandomMi nombre es Ellen. Siempre me he preguntado a mi misma sobre la felicidad, si alguna vez había experimentado algo similar, tras grandes sucesos trágicos de mi vida. Estaba en plena edad donde todo es diferente, todo aparentemente cambia de forma a...