Video viral.

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—¡Hola a todos!, ¿como han estado? ¡Yo muy bien!. En este caso, estamos con mi novio. —Presentó a su novio frente a la cámara. Los dos estaban sentados en el suelo junto a un micrófono delante suya.

Gabriel estaba bastante acostumbrado a aparecer en los populares vídeos. Abel era su novio.

Claro, él no tenia un canal youtube de juegos. Su canal era de maquillaje. Desde pequeño le han gustado esas cosas, además de que su cuerpo era bastante delicado como el de una chica, le venían bastante los productos.

Algo curioso, es que su canal es el más conocido de maquillaje, a las mujeres y hombres le encantaban.

—Hola. —Saludó con una sonrisa fingida a la cámara. No es que no quiera salir en youtube. Pero lo que estaban a punto de hacer, no le gustaba mucho a Gabriel.

—Hoy me llegó una caja lleno de productos de maquillaje. —Enseñó una caja bastante grande a la cámara, la dejó a un lado y siguió hablando. —Y cómo yo estoy acostumbrado a llevar maquillaje. Estamos aquí para maquillar a mi novio. —Sonrió con muchas ganas.

—¿Cuales productos hay en la caja? —Preguntó curioso a su novio.

—Pues, hay de distintos, máscaras, sombras, labiales. Igual, trataremos de ocupar todos.

Empezaron con el vídeo.

Llegó el momento de poner las máscararillas.

Gabriel no sabía que puta mierda era eso, pero no iba a negarse solo para hacer al pelirrojo feliz.

Abel comenzó poniendo una clase de crema grasosa en la cara de el peliazul. Cosa que éste no le gustó para nada.

El pelirrojo ponía esa sustancia rara en la cara del peliazul con mucho cuidado. Pero en un momento donde se descuidó, cayó un poco de crema en el ojo derecho de Gabriel.

Éste soltó un grito de dolor. El ojo le ardía demasiado.

Abel se desesperó. Sacó una toalla mojada que tenia por allí. La paso por los ojos de el peliazul quitando toda la crema de su rostro. Él seguía con los ojos cerrados a causa del dolor e incomodidad que sentía.

—Cariño, deja ver tu ojo. —El peliazul negó con la cabeza poniendo su mano en el ojo afectado, ya que, el ardor que sentía era demasiado fuerte. —Si no me dejas, te arderá todo el día.

El peliazul quitó con cuidado su mano de su ojo. Pero no lograba abrir el ojo, le dolía.

El pelirrojo se acercó a él y abrió con sus manos el ojo. Claro, con mucha delicadeza.

El ojo estaba un poco rojo, pero no era algo tan malo, estaría bien. Un gran alivio para los dos.

—Tu ojo está bien, solo dolerá por un rato. —Sonrió aliviado. Luego miró a Gabriel con pena. —Perdón por obligarte a hacer esto.

Gabriel lo miró con un ojo abierto.

—Bueno, tengo que admitir que no me gustaba maquillarme. Pero no es tu culpa, yo quise hacerlo. —El pelirrojo lo miró con el ceño fruncido.

—¡Pero si no te gustaba me lo hubieras dicho! —Le gritó mirándolo a los ojos enojado.

—Pero te veías tan feliz con los productos, no pude evitar decir que si.

—Escucha. —Agarró las mejillas de Gabriel y lo miró serio. —No tienes que hacer algo que no te gusta solo por que yo estoy feliz de hacerlo, si a ti no te gusta y te incomoda me lo dices y ya. Primero estas tú y luego lo demás. —Lo miró apenado. Gracias a la cercanía que tenía al tomar sus mejillas, Gabriel se acercó un poco, uniendo sus labios en un tierno beso.

—Lo tomaré en cuenta. Ya no me duele el ojo. —Pudo abrir su ojo que era el derecho, este estaba algo rojo comparándolo con el otro. Abel le dio una sonrisa de lado.

—¿Te digo algo que nos gusta a los dos? —Pasó sus brazos por los hombros de Gabriel, sentándose en sus piernas y cortando toda distancia entre ellos.

—¿Qué cosa? —Preguntó el peliazul con una sonrisa.

Abel se arrimó mas a Gabriel, logrando sentarse encima de su entre pierna, moviendo sus caderas para producir una erección al mayor.

Gabriel tomó sus caderas y lo besó, metiendo su lengua en su cavidad bucal, explorando todo con ella y acariciando su lengua haciendo el beso más húmedo.

El mayor empezó a bajar por su mandíbula lamiendo su cuello y dejando marcas a causa de las mordidas.

—Gabriel... —Suspiró, que más bien era un suspiro combinado con una gemido inaudible.

Gabriel acostó en el suelo a Abel, se arrimó a él apretando su entrepierna de Abel con su rodilla.

La habitación se llenó de gemidos y jadeos de Abel, quien estaba muy consciente de que la cámara con la que estaban grabando estaba prendida. Cosa que le importó poco, muy poco con las caricias que le brindaba aquel chico.

Gabriel no tardó en quitarle la camisa y los pantalones a Abel. Lamió su miembro por encima de la tela consiguiendo gemidos por parte de Abel.

Gabriel se desnudó a si mismo dejándose sólo en bóxer, le quitó la tela que ocultaba al amigo de su pareja. Empezó a lamer con lentitud para después meterlo todo en su boca.

—¡Mi-mierda Gabriel ah! —Gimió al sentir su miembro dentro de la cálida boca de su novio.

Aceleró los movimientos consiguiendo que Abel se corriera en su boca.

Gabriel lo tragó todo consiguiendo un notable sonrojo de parte de Abel, quien con mucha vergüenza, lamió sus propios dedos para después introducir uno en su propio interior, preparándose para lo que vendría.

Gabriel lo miraba atentamente a todos sus movimientos, su expresión de placer, todo.

Recién estaban comenzando y ya quería metérsela hasta el fondo.

Cuando Abel metió el tercer dedo, Gabriel se acercó a él poniéndose entre sus dos piernas, sujetando sus caderas. Abel sacó sus dedos y dejó que Gabriel metiera su miembro dentro de él, lentamente obteniendo un grito de placer por parte de Abel, quien se habían sujetado del cuello de Gabriel para después morderlo tratando de detener sus gemidos, algo que logró pero sólo por algunos segundos, ya que, Gabriel había comenzado a moverse más aceleradamente y más profundo.

Los gemidos de Abel se hicieron seguidos y fuertes, los dos estaban de frente viendo las expresiones de cada uno, Gabriel estaba disfrutando tanto como Abel, sus cuerpos calientes fundidos en uno, en el amor que cada uno sentía hacia el otro, sin importarles nada.

A Gabriel se le salían algunos gemidos bajos y graves acompañados de suspiros y jadeos sintiendo el orgasmo llegar, el caliente interior de Abel apretar a su pene sintiéndose en el mismísimo paraíso con todo el placer que sentía.

Abel disfrutaba cada embestida, sintiendo su mismo pene soltar líquido preseminal.

El chico más bajo llegó a su límite, corriéndose en sus abdómenes con un sonoro gemido que retumbó los oídos de Gabriel, que también se corrió seguido de Abel.

Los dos quedaron jadeantes por el placer que los dos se brindaban anteriormente, se miraron a los ojos y se juntaron en un beso placentero, apasionado y dulce, los dos estaban tan enamorado del uno al otro.

¿Han escuchado que alguna persona siempre dice "El amor vuelve estúpidos a las personas"?

Pues es algo cierto.

Después de aquel encuentro sexual, sin editar el vídeo, sin hacer cortes alguno, Abel subió el vídeo a la plataforma de youtube.

Aparentemente, Abel se le olvidó que la cámara estaba encendida, lo sabía perfectamente y cuando fue a borrar el vídeo, éste ya estaba sobrepasando los cinco billones de visitas.

Por suerte, los comentarios eran buenos, algunos diciendo que no debían de subir aquel contenido, otros insultando.

Pero la mayoría eran buenos.

Así que se convirtió en un Vídeo viral.

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