Capítulo 4

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  El Submundo y su eterna sociedad victoriana...  






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Varias horas más tarde, Alec y Magnus estaban vestidos y listos para ir a la fiesta del Gran Brujo. Magnus había aparecido mágicamente dos fracs para ellos, y Alec de forma deliberada intentaba no pensar de dónde habían salido.

-"Relájate, cariño, tengo una cuenta de donde salieron estos fabulosos trajes"- dijo Magnus saliendo del baño después de haber dado los últimos toques a su cabello y maquillaje. Llevaba un elegante frac negro con cuello de terciopelo sobre una camisa blanca y un chaleco de brocados rojo. Su corbata era roja con una franja diagonal negra y tenía un pañuelo a juego en el bolsillo derecho.

Alec no estaba seguro de que le impresionaba más, Magnus vestido de frac o el hecho de que su prometido parecía capaz de leer su mente- "¡Te ves increíble, Magnus!"- susurró Alec mientras contemplaba el brujo con una vestimenta tan formal.

Sonriendo, Magnus caminó con lentitud alrededor del cazador de sombras examinándolo desde todos los ángulos- "Y tú, lo suficientemente bueno para comerte"- dijo acercándose y mordisqueando su oreja mientras envolvía sus brazos alrededor del muchacho. Alec llevaba un frac clásico, negro con solapa de raso, un chaleco azul rey que resaltaba sus ojos, y una corbata negra.

-"Si no dejas de hacer eso, nunca saldremos de aquí"- rio Alec y se alejó de Magnus, quien ahora estaba haciendo pucheros. Alec lo tomó de la mano mientras salían por la puerta y se dio cuenta, con un pequeño estremecimiento de placer, que el único anillo que adornaba los dedos del brujo en su mano izquierda era el que proclamaba su compromiso.

El taxi los dejó frente a una gran casa de piedra en el West End de Londres. Las enormes puertas de roble estaban flanqueadas por dos faroles resplandecientes en un pórtico sostenido por redondas columnas de piedra. La entrada principal se encontraba brillantemente iluminada, sirvientes uniformados estaban allí para tomar sus abrigos y conducirlos al gran salón de baile. Alec nunca antes había visto a tantos subterráneos en ropa formal, había vampiros, hombres lobo, brujos. Las mujeres eran un caleidoscopio de colores vibrantes, telas suntuosas y joyas brillantes. Los hombres con subestimada elegancia vistiendo fracs negros de corte perfecto con sólo un toque de color en el chaleco y el pañuelo del bolsillo.

Magnus condujo a Alec hasta un pequeño grupo de brujos, dos hombres y una mujer, que estaba de pie a un costado observando el baile. Cuando se acercaron, uno de los hombres dio un paso adelante y saludó a Magnus con calidez- "¡Magnus, bienvenido, ha pasado tanto tiempo!"- él era guapo, alto, de cabello rubio y ojos azules, vestido con elegancia. Transmitía una sensación de poder y confianza que rivalizaba con la de Magnus.

Después de recibir a Magnus, el hombre volvió su atención hacia Alec y sus ojos se abrieron ligeramente- "¡Oh, Magnus, él es guapísimo!"- Entonces un leve ceño apareció en su hermoso rostro y añadió- "Un Cazador de Sombras, ¿no es un poco mojigato para tu gusto?"

Una Daga de la Mente - A Dagger of MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora