No puedo negar que verlo acostado en el sillón me inquietaba. Por muchas veces tuve ganas de levantarme con intención de hacerlo volver a la cama, pero sabía que lo mejor sería dejar todo como estaba. Cerré mis ojos, me agarré a una almohada, hice un esfuerzo sobrehumano para dormir, sin embargo, los recuerdos tomaron mis pensamientos haciéndome volver al día en que él entró a mi casa y me propuso el contrato más absurdo. Desde entonces, el rencor se convirtió en odio. Hoy me pregunto en qué momento volví a quererlo. Además, este sentimiento me hace vulnerable. Tengo miedo...
En la mañana siguiente
Desperté con dolor en todo mi cuerpo, tardé un buen rato a levantarme, porque tuve que hacerlo muy despacio. Cuando, por fin, logré levantar, llevé mis manos a mi espalda, no pude controlar el sonido que salió de mi boca y esto fue lo suficiente para despertarla.
- Buenos días!
- Quizá para ti (respondió él).
Alejandro la miró y luego siguió al cuarto de baño. Cristina quedó por un instante en la cama, pero decidió buscarlo.
- Quien debería estar molesta aquí soy yo con todo lo que has hecho (dijo cuando entró al baño).
Él estaba bajo el agua mientras ella le hacía reclamos.
- Que quieres, Cristina? Que me arrodille delante de ti y te supliques perdón? Si es esto, te digo que no lo haré.
- No, no sería tan ingenua a punto de desear que un hombre como tú se humille delante de mí, además, no sé porqué insisto en platicar contigo (salió).
Alejandro absorbió aire antes de soltarlo despacio mientras la veía salir. Quería llevar bien su relación ahora que iban tener un hijo con Cristina, pero ella estaba empeñada en castigarlo, pensó.
Cristina al caminar por el pasillo, percibió que la puerta de la recámara de su hija estaba abierta, presumió que Maricruz estaba despierta, entonces decidió entrar.
- Puedo?
La joven, que estaba peinándose, miró a la puerta y sonrió.
- SÍ, mamá. Adelante!
- Hija necesito hablar contigo (dijo después de sentarse en la cama).
- Sobre?
- No sé como tomará esto (bajó la cabeza sonrojándose)...
Maricruz dejó a un lado lo que estaba haciendo y sentó junto a su madre.
- Me está preocupando. Sucedió algo?
- Hija... (tomó las manos de la joven), pronto tendrás...
- Tendré... Qué? Dímelo!
- Es que me da mucha pena decirle (levantó y empezó a caminar por la habitación).
De pronto, las dos mujeres fueron interrumpidas por una tercera persona.
- Si Cristina no tiene valor para decirte, bueno, entonces digo yo.
- Esto no incumbe a ti, Raiza (dijo Cristina, enfadada).
- Tú Mamá está embarazada, Maricruz. Mira, a esta edad se creyó en el derecho de tener otro hijo. Sin duda todos en este pueblo va hacer comentarios, burlas...
Maricruz solo miraba a su madre sin creer.
- Lo que dijo Raiza es verdad, ma?
- Sí. Hija, sé que no esperabas... tampoco yo esperaba. Creí que ya no podía y me descuidé (en parte decía la verdad).
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EL CONTRATO
Romance¿Hasta que punto estaría dispuesta(o) a llegar por dinero, por amor o por el ódio? ¿Aceptaria una propuesta a cambio de lograr lo que deseas? ¿Firmaría El contrato?