En este departamento todo era muy frío, vacío y sin vida. La cama seguía perfectamente arreglada esperando por alguien, o mejor dicho, esperando por mí.
Las noches en la ciudad son siempre acompañadas de sonidos de los coches en las calles, de una iluminación que te impide ver las estrellas, de voces y canciones alrededor que te hacen creer que nadie conoce la palabra "dormir".
- Como extraño la tranquilidad de la finca, como extraño a mi Cristina...
Un golpe en la puerta lo hizo abandonar sus pensamientos.
- Quién habrá de ser?
Alejandro caminó a la puerta y al abrirla quedó perplejo cuando miró a la mujer que ahí estaba. No había dicho a nadie donde quedaría, menos diría a ella.
- Puedo pasar?
Él no contestó, prefirió dejarla pasar. Cerró la puerta y volvió a mirarla.
- Como...
- Como supo que estaba aquí?
Él asintió.
- Su doctor me a llamado informándome de la decisión que tomaste. Entonces pensé que necesitaría de alguien a su lado (lo abrazó despacio).
- Raiza, no debería haber venido (alejándola).
- No puedo dejarte solo, mi amor.
- No me llames así. Y agradezco su amabilidad, pero quiero estar solo.
- Imagino que esté siendo muy difícil para ti esto...
- Qué?
- Ah, lo sabes... Que Cristina te haya engañado. Se esto sucediera conmigo, jamás perdonaría... Separar un padre de una hija es de una monstruosidad sin medida.
- Me parece que las noticias volaran muy deprisa... (dijo no muy satisfecho).
- Este es el chisme del momento en aquél lugar...
- Sea como sea, quiero estar solo. Si quiere quedarte en la ciudad, no podré impedirte, pero buscará un departamento para alojarse, pues no quiero compañía.
- Lo haré. Lo único que te pido es que me permita acompañarte en sus consultas y en la cirugía. No quiero que esté solo en un momento tan delicado como este.
- Como quieras.
En la finca
Cristina estaba acostada en la enorme cama, enredada en una sabana, mirando la luna.
- Que estará haciendo ahora?
Una lágrima bajó por su mejilla, lágrima que ella se apresó a borrar cuando percibió que alguien entraba.
- Mamá, no bajará a cenar?
Dijo Maricruz asomándose por la puerta.
- Hija (intentaba ocultar su sufrimiento)... pensé que no quisiera cenar junto a mí.
- Mamá (acercó a ella), yo...
- No digas nada, hija. Sé que lo que hice no tiene perdón...
- No, no... no quiero verte llorar. Es que necesito que comprendas, estoy con el corazón roto, me duele mucho todo esto que ocurrió, pero no quiero que te alejes...
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EL CONTRATO
Romance¿Hasta que punto estaría dispuesta(o) a llegar por dinero, por amor o por el ódio? ¿Aceptaria una propuesta a cambio de lograr lo que deseas? ¿Firmaría El contrato?