El Presidente se encontraba sentado en una habitación designada específicamente para él en la base lunar: una habitación con sillones flotantes suaves de color gris a cada lado de la entrada, una mesa hexagonal más al fondo con sillas, todos flotantes, a la derecha había un espacio a manera de cocina y una reserva de despensas, y a la izquierda de la mesa hexagonal había otro espacio con la entrada un poco más cerrada que la cocina, en donde se encontraban el baño y la habitación para dormir. La totalidad del complejo así como los muebles, eran de un color blanco con vivos en verde, los cuales brillaban. Octavio se encontraba solo en uno de los sillones de la entrada, con el cuerpo hacia adelante, el rostro cubierto por sus manos y no pudiendo evitar los constantes sollozos. Se había quitado el saco y la banda presidencial. Después de todo, dentro de poco ya no habría un país al cual gobernar, y ya ni siquiera podría regresar a la Tierra.
En eso se oyó que alguien se acercaba a la puerta. Tocaron dos veces ligeramente y luego se oyó una voz: -¿Octavio? ¿Está usted ahí?-
El Presidente levantó la cabeza, y tras respirar hondo y secarse las lágrimas respondió: -Aquí estoy- Su voz sonó un poco más quebrada de lo que pensó, y se lamentó de que lo escucharan en ese estado. -¿Quién es?-
-Somos Sebu y Jesib señor, ¿podemos pasar?-
Octavio dio un suspiro de resignación, de esos que uno da cuando un amigo llega de visita después de haberle dicho que te dejara solo, pero aun así le agradeces que venga, ya sea porque en realidad no querías estar solo o porque aprecias el esfuerzo que hicieron por ti. Y es que a final de cuentas, Sebu y Jesib eran amigos para Octavio; más allá de la administración presidencial le habían ayudado a superar muchos obstáculos, no sólo en su gobierno sino en su vida también.
Estar lejos de su esposa y el sentimiento de haber abandonado a Gustavo cuando más necesitaba de él... Fueron cosas que a Octavio le hicieron mucho daño, llegando incluso a casi anunciar su renuncia a la presidencia. Pero Sebu y Jesib lo convencieron, mostrándole el apoyo que el país le tenía y el éxito que tenía su gestión.
Y así era hasta ese día, el día en el que la raza humana supo por fin que no estaba sola en el Universo. Aún se preguntaba por qué: por qué debía ser él quien hiciera aquel anuncio, por qué aceptó la candidatura sabiendo el riesgo que traía consigo, por qué ganó la presidencia, por qué no podía tener cerca a su familia. Y sin embargo, todo eso ya lo sabía, es sólo que le costaba creer que en verdad estuviera pasando, la realidad que estaba viviendo.
-¿Señor?-
-Sí, pueden pasar-
La puerta holográfica hexagonal de color verde se partió del centro hacia los vértices, y los triángulos resultantes se retractaron hacia sus respectivos lados, permitiendo así que la puerta se abriera. Luego entraron a la habitación Sebu Eltav y Jesib Eltav en su forma natural, y tras de ellos se cerró la puerta siguiendo el mismo procedimiento en orden inverso.
Los tres hombres (o más bien los tres sujetos), se quedaron en silencio sin saber qué decirse, Sebu y Jesib aún de pie, y Octavio aún sentado en uno de los sillones, meditando. En eso, Octavio levanta la mirada hacia sus dos visitantes y deja escapar un suspiro.
–Y bien, ¿a qué debo su visita?-
-Queríamos saber si se encontraba usted bien- decía Jesib.
-Bueno, es probable que deje de ser presidente porque me quedaré sin nación que gobernar ya que ésta ha sido atacada por esos desgraciados Kryatt. ¿Qué más...? Oh sí, mi esposa a la que tanto he amado probablemente esté muerta. No sé nada acerca de Gustavo ni de sus amigos, y los demás habitantes del país ya no sabrán qué pensar acerca de todo esto, sin mencionar que he abandonado incluso al planeta. Dicho lo anterior, no veo cómo definir si me encuentro "bien"-
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Escrito en los genes
Fiksi IlmiahLas dos formas de vida más antiguas del universo manipularon la genética de los ancestros del ser humano. Millones de años después, un chico descubre que heredó la genética de las dos especies a través de sus antepasados, dotándolo de habilidades ex...