Ya todos saben lo que dicen de las personas más calladas: son las que guardan los peores pecados.
Kaneki Yuki no era la excepción.
~
Ganadora en la #3 posición en el concurso BNHAwards18 en categoría Fantasía.
Hermosa y sin igual portada hecha por...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
↭
El intenso primer semestre en su primer año en la academia Yūei pronto llega a su final, rodeado de nuevas amistades, incómodas situaciones y malos entendidos en los que Yuki deseaba no prestar atención.
Pero, ¿cómo evitar algo inevitable? Las semanas que siguieron después del incidente del centro comercial, fueron un soplo en el viento que Yuki sintió como un verdadero huracán. La razón; todos en la clase 1-A pensaban que ella tenía novio y no paraban de remarcar los mismo pese a que Yuki intentó arduamente de que creyeran lo contrario porque, Dios la bendiga, era asqueroso imaginarla a ella en una situación como las que comentaba Mineta con ella y Ayato como protagonistas.
Simplemente, no.
Quiso golpear su cabeza contra la máquina expendedora del pasillo exterior, escuchando como eco en sus oídos los lloriqueos de Kaminari y las insinuaciones desagradables de Mineta, adjuntando los comentarios burlones de los demás. Sólo Ashido, Tōru y Tsuyu-chan intervenían, porque ellas sabían la verdad.
Pensó que podría pasarlo por alto como la vez pasada, pero se estaba cansando extremadamente rápido. Extremadamente mal.
Yuki soltó un suspiro, extrayendo su jugo de la máquina y abriendo la tapa para beber un sorbo. Volvió a suspirar, luego volteó y se encontró con Todoroki que caminaba hacia ella. Él la miró un poco sorprendido.
—Kaneki.
—Buenas, Shouto-kun —saludó Yuki con desgano—, ¿sacaras algo de la máquina? —preguntó y Todoroki asintió. Yuki se hizo a un lado—. Todo tuyo, pero recomiendo que le des un empujón; suele trabarse.
—De acuerdo, gracias por el consejo —responde.
Yuki cabecea y dándole un trago a su jugo, pasa al lado de él, tambaleándose y con un aura oscura rodeando su cabeza; sus ojos grises se notaban cansados e idos. Todoroki se preocupó.
—¿Te sientes bien? —le preguntó y Yuki detuvo su pasos—. ¿Necesitas ir a la enfermería?
Ella giró levemente.
—Sería buena idea —comenta floja—, si así dejo de escuchar todo lo que dicen Mineta y Denki-kun... creo que sí, suena bien... —Yuki se tambaleo.
—¿Qué dicen?
—¿No te enterarse? —le cuestiona, la voz baja y como un murmullo—, aparentemente tengo novio y no tenía idea.
Todoroki comprendió el tema sin que se lo tuviera que repetir tres veces. Sacó una gaseosa de la maquina y dudó unos segundos, antes de pegar sus ojos en Yuki que seguía murmurando sobre «descanso», «buena idea» y «asqueroso» casi sin percatarse.
—Tú... ¿quieres hablar con... conmigo sobre eso?
Yuki medita y finalmente asiente, ambos buscan un lugar tranquilo y terminan sentándose en un banco de piedra en la sombra de un árbol en completo silencio. Todoroki no sabía que estaba haciendo, pero no pudo evitar sentir la necesidad de que el tema quedara saldado de una vez por todas.
