Sawatari/Tatsumi

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Sawatari cerró la puerta de su habitación compartida, luego de despedirse de sus compañeros de grado, y con calma se dirigió hasta la litera...

-Eigo, no tenías que quedarte...-

Ahí, recostado en la cama inferior, se encontraba Tatsumi arropado hasta el cuello y con un trapito húmedo sobre su frente (que ya debía ser cambiado, por cierto). Tatsumi solía ser una persona muy propensa a contraer enfermedades, y que ahora estuviera resfriado no tenía nada fuera de lo común.

-Debía hacerlo.-

Cuando Sawatari llegó hasta el enfermo, retiró con suavidad el trapito de su frente y lo remojó con agua tibia antes de colocarlo nuevamente en su lugar. La familia Sawatari había servido a la Tatsumi durante muchísimas generaciones, y para Eigo cuidar de su amigo de toda la vida era un honor y no le importaba dejar de lado cualquier cosa para hacerlo. Por ello, no dudó ni un segundo en rechazar la invitación de sus compañeros al espectáculo de Kabuki. Sin Tatsumi no iría a ningún lado, menos con este mal de salud.

Se hizo un corto silencio en la habitación, donde Tatsumi parecía más tranquilo disfrutando de la frescura del trapito en su frente. Aunque, aún no se veía del todo bien; sus mejillas estaban sonrojadas y de vez en vez temblaba por las altas temperaturas de su cuerpo.

-Lo siento...-

La voz rasposa de Tatsumi se escuchó una vez más, triste, y en seguida cayó dormido. Sawatari negó con la cabeza, diciendo más para sí mismo que las disculpas no eran necesarias. Si se había quedado junto al rubio, fue por decisión propia.

Un largo rato pasó, donde Sawatari se mantuvo ocupado con cierto libro que días atrás trajo de la biblioteca, cuando se percató que Tatsumi despertaba de su sueño. Como estaba sentado a un lado de la cama, esa que era su cama y ofreció al enfermo para mayor comodidad, lo tomó suavemente de la mano y lo ayudó a levantarse a medias.

-¿Te sientes mejor?-

La mano de Tatsumi estaba caliente, no de una manera alarmante, y antes de recibir una respuesta sintió un suave apretón de su parte.

-Ahora lo estoy.-

La pequeña sonrisa que ahora le mostraba Tatsumi dio un poco de alivio al de cabellos castaños. Tatsumi enfermaba muy a menudo, pero solía mejorar bastante rápido.

-Eigo... En serio lamento que te hayas perdido el espectáculo de Kabuki por mi culpa.- el arrepintiendo en la voz de Tatsumi era sincero, y Sawatari sólo sintió ternura. Su líder podía volverse muy adorable en ocasiones, pues no dejaba de ser el más joven del equipo.

-¿Deseabas que me fuera, Tatsumi?- preguntó, una leve sonrisa se marcó en sus labios en ese momento.

-No...-

Y eso era todo lo que Sawatari necesitaba escuchar. Entonces, aun sosteniendo la mano ajena, la acercó a su rostro y dejó un pequeño beso en su dorso. Un beso que le daba un claro mensaje:

Nunca me iré de tu lado, Rui.

Después de todo, Sawatari continuaba siendo su caballero.

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Notas Finales: Esta parejita es de las más queridas dentro del fandom (sobre todo en el japonés) y me pareció bonito iniciar este proyecto con ellos dos^^

Por cierto, esto está basado en el capítulo 4 de la 2da temporada.

Espero les haya gustado, y me disculpo por si hubo algún error.

¡Hasta la siguiente historia! (Lunes 16)


Sweet KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora