Inumine/Ugawa

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Ugawa estaba rodeado de un aura oscura, mientras que Inumine se hallaba tan risueño como siempre. Nada muy fuera de lo normal, considerando el como era la relación entre estos dos.

Lo que sucedió fue que, en horas del baño, Ugawa no tuvo de otra (después de tragarse su orgullo enterito) que pedirle a Inumine que le alcanzara las toallas que se encontraban sobre los estantes, donde Ugawa no alcanzaba por obvias razones. Inumine, tan distraído como siempre, le brindó su ayuda por supuesto pero sin dejar de decir (cero mala intención, la verdad) que Ugawa necesitaba pegarse un estirón.

Y ahí estaban, en los vestidores, con Ugawa sobre el banco muy molesto por lo que acababa de ocurrir. Era cierto que cada vez llevaba mucho mejor el tema de su estatura, pero cuando estaba de malas se tomaba todo muy mal... E Inumine no ayudaba en nada.

-No te preocupes, bebe mucha leche y verás que pronto serás muy alto.-

Entre el silencio pesado, que Inumine no parecía entender, se escuchó la voz alegre de este mientras terminaba de secar sus cortos cabellos. Sonó más esperanzado que el propio Ugawa, quien sintió su frente doler de la rabia.

-Calla...- y no queriendo perder los estribos, intentándolo al menos, le soltó en un bajo gruñido, buscando sacar paciencia desde lo más profundo de su ser.

-¿Tanto quieres ser alto?-

La pregunta inocente de Inumine hizo que Ugawa levantara la cabeza, al estar por mucho rato mirando el suelo, para fijarse en la expresión curiosa del contrario. Y explotó.

-¡Por supuesto que sí, idiota!-

Esta vez Inumine se llevó una mano a la barbilla, en pose pensativa. Era la primera vez que Ugawa lo veía haciendo un gesto como ese, ¿De verdad Inumine se tomaba un momento para pensar? ¡Vaya!

-¡Ya recordé!- su expresión usual volvió, más brillante al haber encontrado en su cabeza lo que buscaba. Ugawa elevó una ceja, ahora el curioso era él- Hay una leyenda que cuenta el cómo los deseos más extraños han sido cumplidos... Se dice que el ritual es muy sencillo, sólo debes pedir tu deseo con el corazón y tener la influencia de alguien que obtenga lo que deseas.-

Un nuevo silencio se formó, donde Ugawa abrió la boca pero no supo qué decir. En palabras no era muy creíble, toda una historia que sólo los niños creerían, pero la forma en que Inumine lo dijo lo persuadió un poco...

-¿Qué dices, Inumine?- pero rápidamente reaccionó, no podía creer tan fácilmente en algo así ¿Verdad?

-¡Inténtalo!- e invitó, sonriéndole ampliamente y cegando un poco al más bajo con aquella sonrisa.

-¡N-ni lo sueñes! Es tonto.- se cruzó de brazos y giró el rostro, rehusándose por completo.

-Bueno, entonces sé pequeño para siempre...-

Y una toalla voló directamente al rostro de Inumine, casi ahogándolo, pero aun así este rió.

-¡Lo haré!-

Ugawa podría ser duro de convencer, pero si había algo que odiaba era perder. Por ello, accedió de mala gana... Aunque una inocente ráfaga de esperanza se expandió en su pecho.

-Sólo debo desearlo con el corazón y ya está- fue más afirmación que una pregunta, Inumine asintió de todas formas- Pero, ¿Y lo demás?- recordó el segundo requerimiento de aquel ritual.

-Me tienes a mí.- se señaló a sí mismo, sonriendo orgulloso. Eso produjo un nuevo gruñido en el más bajo.

Entonces, Ugawa cerró sus ojos y respiró profundamente. Al sentirse más tranquilo, deseó en silencio:

"Quisiera ser alto... Por favor."

De repente, sintió un cosquilleo en su pie izquierdo. Abrió los ojos, tranquilo debido al momento, y observó al mismísimo Inumine de rodillas frente a él... Dejando un beso sobre la planta de su pie. Y enrojeció por completo, superando en color al de su propio cabello, y dejándose llevar por la vergüenza pateó fuertemente al contrario alejándolo al instante.

-¡E-eres un idiota, Inumine!-

Y Ugawa salió corriendo, envuelto en un manojo de timidez. Inumine, por su parte, quedó en el suelo riéndose.

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Notas finales: Me fue muy difícil subir esto ayer, pero aquí está. En esta oportunidad, le tocó a esta parejita tan dispareja que me hace reír un montón. 

¡Espero les haya gustado! y me disculpo por si hubo algún error.

El siguiente será de una parejita que si bien echaba mucha broma con ellos en un principio, me enamoraron por completo... 

¡Hasta la otra!

Sweet KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora