No sé si realmente no captó la indirecta o quiso pasarlo por alto, pero de cualquier modo, decirselo a alguien -aunque sea él de quién se trate- me quitó un peso de encima.
Y aquí estaba nuevamente, esperándolo.
Me senté frente a la ventana. Él salió.
—¿Por qué sigues aquí? —preguntó Lowell.
"Porque me gustas".
—No lo sé —mentí.
—Me agradas —esa fue la primera vez que vi su sonrisa perfectamente.
Tenía una sonrisa hermosa, me alegraba verlo sonreír y no llorar...
¿Acaso sonreía por mi? Ojalá así fuera, porque todas mis sonrisas son a causa de él.
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31 Noches Contigo
Short StoryAndrew observaba a Lowell todas las noches sin falta desde la ventana de la casa de su abuela. A su punto de vista, Lowell era tan extraño... mira que salir cada noche a las tres de la mañana a la azotea no es nada normal. Quería saber más acerca de...