Una noche más con él y una noche más cerca del día en que tendría que irme. Y tenía que decirle que me iría, y hoy era el día que había elegido para hacerlo.
Tres de la mañana, me puse frente a la ventana, Lowell ya estaba ahí... con su manta roja.
—Hola —saludé.
—Pensé que vendrías aquí —contestó sin mirarme.
—Lo siento —me disculpe, él simplemente se quedó callado— tengo que decirte algo.
—Espera, te tenía una sorpresa —me interrumpió— pero te necesitaba aquí —suspiró— mañana ven, ¿si?
Contesté con un simple "si" y después me quedé en silencio... ¿sería buena idea decirle?
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31 Noches Contigo
Short StoryAndrew observaba a Lowell todas las noches sin falta desde la ventana de la casa de su abuela. A su punto de vista, Lowell era tan extraño... mira que salir cada noche a las tres de la mañana a la azotea no es nada normal. Quería saber más acerca de...