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- hola de nuevo, destructor - saludó el dueño del viejo lugar. su sonrisa siempre le dio algo de miedo a namjoon, una cicatriz se extendía desde la comisura de sus labios hasta la mitad de su mejilla derecha, sus ojos eran demasiado chicos para el tamaño de su cara, su nariz parecía estar inclinada hacia la izquierda y su cabello estaba mal cortado.

aunque eso último no le molestaba mucho porque él lo tenía igual.

- ya le dije que no me llame así, señor - se quejó el menor buscando trozos de madera que le puedan gustar a los señores choi. y luego agregó murmurando: -. sólo rompí la manija de un balde.

- ¿axmcaso piensas que eso es fácil de hacer? apenas lo habías tomado. - el sonido de su risa hizo al moreno estremecer -. ¿quieres que te ayude con eso? - preguntó viendo cómo el niño se tambaleaba con sus bracitos llenos.

- n-no, señor, estoy bien. - trató de sonreír.

caminó hacia donde estaba el dueño del local y le dejó un par de billetes que le había dado choi antes de salir.

estando ya fuera del lugar,se encaminó hacia la hospedería. el lugar donde se encontraba era demasiado oscuro y no parecía haber gente buena en ese lugar. pero claro, el inocente namjoon pensaba que había algo bueno en todos: los señores choi trataban con cariño a su hermana y las personas que se hospedaban allá; el señor del local, a pesar de tener mal aspecto, siempre lo trataba de ayudar, al igual que naeun y su hyung, taehyung.

dejó de pensar esas cosas cuando se tropezó. se quejó en voz baja e hizo un pequeño puchero, odiaba ser tan torpe. deja de pensar en cosas bobas, se dijo a sí mismo.

suspiró cuando dejó atrás la parte peligrosa y fea de la pequeña ciudad en la que vivía. sus ojitos se achicaron un poco al ver los árboles y objetos de madera y de colores pasteles que decoraban esas calles. realmente le gustaba ese lugar, aunque nunca tenía tiempo para apreciarlo. también tenía ganas de visitar una tienda que mostraba en sus vidrieras pequeñas pastas de pastelería de formas muy bonitas. pero claro, no tenía dinero ni algún adulto que le pueda comprar.

cuando vio el lugar donde vivía desde lejos se permitió descansar un poco. se sentó en un banquito cerca de una fuente y se mojó la cara. cuidó que la leña estuviera a la vista por si alguien trataba de robarle. se secó con sus mangas pero luego recordó que también estaban sucias, se "insultó" un poco - "insultó" entre comillas porque las únicas malas palabras que conocía eran: bobo, tonto e idiota - y luego miró a su alrededor. veía a niños tomados de la mano con sus padres; a hombres y mujeres besándose y abrazándose; a personas mayores caminando con bolsas de compras en sus brazos. se preguntó si él podría ser tan feliz como lo eran ellos. rápidamente se respondió a sí mismo.

claro que no podría, tenía a los señores choi como tutores, y, a pesar de lo malos que eran con él, eran los que lo mantenían. cuando llegase a la mayoría de edad, ¿qué haría? se podrá ir de ese lugar, sí, pero no tendría dinero para nada. porque ¿quién aceptaría como trabajador a alguien que nunca estudió? Tal vez en esas zonas pobres...

sacudió la cabeza y decidió que lo mejor era volver rápido a casa, si no quería tener inconvenientes. tomó la gran cantidad de leña en sus pequeños bracitos y se dirigió a la hospedería. pero alguien lo interrumpió cuando estaba a solo unos metros de ahí. era un hombre alto, con su cabello de un color naranja oscuro, casi rojo. Sus ojos eran oscuros, pero parecían cálidos. Aunque lo que más le llamó la atención al de piel tostada era cómo estaba él vestido. eea de esos trajes que usaban los oficiales de policía. tragó saliva algo nervioso al pensar que había hecho algo malo.

- ¿cómo te llamas, niño? - su voz era suave y tierna, NamJoon se permitió relajarse un poco.

- y-yo... kim namjoon, señor - respondió algo tímido y nervioso, nunca había hablado con un policía.

- ¿estás bien cargando todo eso? se ve pesado y tú pareces cansado.

- estoy bien, señor, no se preocupe. soy muy fuerte porque soy un chico, ¿ve? - eso hizo reír un poco al mayor, pero rápidamente su cara se puso seria de nuevo.

- ¿estás bien con tu familia? ¿te pegan? ¿Te obligan a hacer cosas que no quieres?

- na-nada de eso, señor, yo estoy muy bien - sonrío -. ahora señor, debo volver rápido a casa.

casi corrió ignorando los llamados del policía y se adentró a la hospedería. dejó la leña y corrió a la habitación de su noona, le quería hacer muchas preguntas.

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801 palabras pidan un deseo.

creo que me inspiré para este capítulo, aunque haya sigo una mierda ejjj.

perdón por tanto relleno:(.

¿les gusta el taejin?

cosette; yoonnamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora