O1

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el pequeño de cabellos negros se encontraba corriendo hacia el bosque con un balde casi más grande que él. debía apurarse a llevar el agua a la pensión si no quería otro castigo de la señora choi.

los señores choi habían adoptado a namjoon cuando sus verdaderos padres murieron, la mujer le había prometido a la madre - que era su mejor amiga - que lo cuidaría como si fuese su hijo. pero esa promesa fue olvidada, y lo trata como algo parecido a un esclavo, lastimándolo y obligándolo a hacer cosas que un niño no debería. por otro lado, el señor choi pocas veces le hizo daño físico al pequeño, pero eso no hacía menos a los insultos que le lanzaba a diario.

namjoon no tenía amigos, pero no le importaba; él nunca sintió el calor que le podría ofrecer una amistad, por lo que no lo extrañaba, ni siquiera se lo imaginaba. él aún no sentía la soledad que lo rodeaba, él había sido criado por unos monstruos, pensaba que a todos los niños lo trataban así. pensaba que los señores choi consentían más a su hermanita por ser una niña, y las niñas no deberían ser lastimadas.

al llegar al pozo, namjoon quitó la tapa que estaba sobre él para protegerlo de la suciedad y miró la profundidad de éste, pero se alejó rápidamente ya que la altura lo mareó. colgó el balde en el cigüeño, caminó hacia la otra punta de éste y empezó a bajar el balde con cuidado de no soltar el palo de madera. por un descuido, el recipiente se llenó más de lo que debería, lo que le dificultaría el regreso al edificio.

soltó el balde del cigüeño y lo puso entre sus brazos, pero éstos no soportaron el peso y casi dejan caer el balde. lo apoyó con cuidado en el piso y relajó un poco sus brazos antes de volver a tomarlo y dar unos pasos. en un momento se tropezó con una piedra y soltó el balde con agua, cerró sus ojitos esperando escuchar el fuerte sonido del metal contra todas las piedritas que habían ahí. pero no escuchó nada. lentamente los volvió a abrir y vio que una gran y pálida mano agarraba la manija del balde.

- ten más cuidado, niño - habló el mayor. namjoon alzó la mirada y observó con atención su cara. era muy blanco comparado con él, sus labios eran chiquitos y parecían suaves. sus mejillas y nariz estaban algo rojas por el frío. por último, sus ojos eran oscuros y lo único que demostraban era indiferencia, eso hizo que el niño se mostrase algo avergonzado. al ver que el menor no respondía decidió hablar otra vez:

- ¿qué haces cargando algo tan pesado? - preguntó señalando el balde.

- y-yo lo tengo que llevar a casa - dijo bajo, pero lo suficientemente fuerte como para que el otro lo escuche.

- te ayudo.

- no, señor n-no es necesario...

- no era una pregunta - respondió.


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ignoren que este capítulo sea tan mierda.🐯

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cosette; yoonnamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora