IV (4) - CAPÍTULO

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Tenerlo en esta posición dos segundos más y no sabré que hacer.

Siento su respiracion en mis labios, su olor invade mi cuerpo y eso me gusta.

Matt suspira con fuerza, su frente niega sobre la mi, como si algo perturbará sus pensamientos.

Suspira con enojo y se va. Simplemente da media vuelta y se va, comienza a andar hacia su habitación, veo sus manos pasar por sus cabellos como si algo le atormenta e intenta buscar la solución.

- ¡MATT!.- gritó su nombre involuntariamente, pero es que mi mente me dice que esto es algo más, hay algo que no logro entender porque él no lo habla.

¿Qué rayos fue todo esto de hace diez segundos?

Él voltea su cuerpo completamente, sus ojos oscurecen, su mirada me intimida, siento que fue un error decir su nombre, debí dejar que caminara a su habitación.

-No debiste haber hablado.- niega lentamente con la cabeza.

Comienza a caminar con desesperación hacia aquí, donde estoy.

Llega a mí y sus manos se colocan en mis caderas presionándome contra él.

Un corto jadeo se escapa de mis labios por la impresión y el choque.

Me levanta como si fuera un títere y camina la poca distancia que queda hacia la pared.

Mi espalda toca el frío concreto y suspiro, su pierna se posiciona en mi entrepierna rozando mi intimidad y vuelvo a jadear.

Todo pasa tan rápido, que es tarde cuando los labios de Matt están sobre los míos.

Sus labios devorándome, mi cuerpo pegado al suyo, mis piernas enrollan su cintura y mis brazos rodean su cuello.

Como si fuera instinto, como si esto simplemente debía pasar y siempre lo esperé, así me siento.

Quiero alejarlo, dejar de sentir su piel con la mía, pero no puedo, mi pensamiento no es suficiente para liberarme de él.

Mis manos suben a su cabeza y se enrollan en su negro y lasio cabello.

Sus largos y ágiles dedos pasean suavemente por mi parte trasera, mi cintura, mi espalda, hasta mis nalgas y yo no soy capaz de decir que no. Su lengua abre paso entre mis labios, y es como si me reclamara, como si le perteneciera.

Siento mi cuerpo ser liberado por la pared, y es que Matt camina conmigo encima hacia el cuarto donde nos quedaríamos mamá y yo.

Me deja caer en la cama.

Es como si todo volviera a la normalidad, el tiempo que sentí se había detenido volvió a correr. Mi respiración se agitó y me levanté sobre mis codos, esto no está bien.

-No puede ser.- susurra.

Fue en ese segundo que ambos reaccionamos y nos dimos cuenta de lo que había pasado.

Él toca sus labios y los mios se mantienen entre abiertos. Sale corriendo de la recámara, escucho la puerta de su habitacion ser azotada.

No sé qué hacer, qué decir. Hace un minuto me besaba con mi hermano y no le tomaba importancia.

Las lágrimas se apoderan de mí y ya se hace inevitable estar en calma.

Sé que éstas lágrimas no son de arrepentimiento, si no de culpa. Pero ¿culpa de qué? si él mismo se ha encargado de dejarme más que claro que NO SOMOS FAMILIA.

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