➳ Amores cristalinos. 12

2.7K 477 141
                                    

Aviso: Este capítulo va dedicado a todos esos lectores que están pasando o ya pasaron por una ruptura amorosa importante. ¡Que lo disfruten!

[♡]

Unas nubes blancas y esponjosas se pintaban en el gran cielo azul, miraba como los pájaros volaban libres ante él, sintiéndose relajado, sin importar que no pudiera caminar bien por su pierna entumecida.

Sintiendo la tierra bajo sus pies, hú-meda y suave, descansaba allí, en la gran roca plana ubicada en el centro de la plaza. Sentado, oliendo la delicada fragancia de los árboles y el pasto.

Pequeños lobos peludos jugaban sobre las flores, y se preguntó cuándo iba a tener sus propias crías.

Acariciando la flor de pétalos amarillos con sus dedos fríos y largos. Se sentía solo. Rebuscando en su memoria, creyéndose un idiota por haber imaginado un mundo entero al lado de Jimin.

Aquel sueño. Aquel sueño que se tornaba borroso cuando se le trataba de recordar. Un sueño brillante y cálido, nunca había soñado antes con la voz de Jimin. Porque sí, esa voz tan llamativa y gentil sólo podía ser de su menor. Recordando todo, así ha pasado sus días en las tierras nuevas.

Sin importar qué tan roto estuviera su corazón, siempre encontraba una forma de unir sus piezas y pensar en Jimin. Pensaba, recordaba, soñaba...
Un sin fin de cosas más que hacían a su mente olvidarse de dónde estaba.

Luego de ese sueño vinieron más.
Sólo se podían escuchar voces un tanto distorsionadas, e imágenes del rubio haciendo de las suyas para que le fuera imposible dejar de amarlo.

Dolía, dolía tanto como lo contaban aquellas personas viejas con experiencia en la materia. Era un dolor fuerte, intenso hasta la membrana.

Atacaba tu pecho, y lo hundía hasta el fondo del mar. En el momento que sientes aquel enfermante malestar, perdías las ganas de respirar. Se dificultaba mucho esa tarea, haciendo el casi imposible el realizarlo.

Las lágrimas se acumulaban, llenando tus pulmones, casi de manera poética.
Resultaba tedioso y aplastante el como después uno entraba en una crisis emocional, donde sólo quieres morir. La depresión se hace cargo de tu vida, te envuelve y lleva hasta lo más alto para luego dejarte caer.

No puedes dejar de pensar en esa persona, su nombre se tatua en tu frente, dejandote cicatrices, y cada cosa que hagas te recordará a tu ex-amor, ese amor que arañó tu alma sin razon aparente.

Simplemente una mierda.

Así se sentía Yoongi. Perdido en medio del océano, sin saber dónde ir. Sin motivos para seguir intentando encontrarse a él mismo, ya que, sabía que no lo lograría ni hoy, ni nunca.

Alas quemadas, convertidas en la misma ceniza, Yoongi no podía amar a alguien más, nunca.

De una de las grandes cabañas de la aldea secreta salió sehun. Mirándolo fijo, caminando lento hasta él.

El de sangre pura ni se inmutó y siguió observando a la pequeña flor y sus pétalos amarillos, tan radiantes como el sol.

Sehun se detuvo justo a su lado, y se sentó en el pasto verde y rasposo.
Se quedaron callados, volando en el silencio, diciéndose mil cosas, incluso si no entablaban conversación entre ellos. Simplemente callados.

- Te ves solitario.- afirmó el menor con carácter pensativo, mirando a las crías correr juguetonas por el entorno que carecía de calidez.

- Estas tierras son frías. Tan frías como el alma que ahora poseo.- susurró con mirada perdida en los árboles cercanos.

ᴅᴏᴍᴀɴᴅᴏ ᴀʟ sɪʙᴇʀɪᴀɴᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora