Desorientado (RanmaxRyoga)

¿Fue un accidente?

Ranma miraba con confusión a Ryoga. Realmente no estaba seguro a cómo responder a esa propuesta, aunque estaba seguro que el pobre despistado debía estar aburrido al estar encerrado en esa sucia cabaña por más de un mes. De cierta forma entendía la situación pero no estaba seguro de que fuera conveniente que se mostrara como mujer... él sabía lo complicado que podría tornarse todo.

- Oye Ryoga porque mejor no me acompañas a la ciudad un momento... y después vuelves aquí. No tienes dónde quedarte en Nerima y si te quedas mucho tiempo podrías ver a...

- Si, creo que tienes razón – soltó en un suspiro – espero que esto termine algún día – agregó algo desmoralizado-

- Descuida, cuando vayamos a la ciudad le preguntaré a la abuela de Shampoo si hay algún otro modo de revertir el efecto de la pócima... ella sabe mucho sobre eso, de seguro encontraremos la forma de que vuelvas a la normalidad sin que alguien se enamore de ti – respondió sin pensar – Lo lamento es decir... cualquiera podría enamorarse de ti pero... esto requiere tiempo y...

- No necesitas justificarte conmigo, yo no soy Akane – añadió haciendo que Ranma sintiera un extraño cosquilleo en la espalda. ¿Estaba tratando a "Ryoko" de la misma forma en que trataba a su prometida? No estaba seguro de la respuesta... - Será mejor que salgamos al amanecer – continuó Ryoga – iré a bañarme ahora, tu quédate vigilando que la fogata no se apague – le ordenó-

- ¿Y desde cuando eres el jefe? – le gruñó en son de protesta...

- ¡PUES DESDE QUE DECIDISTE QUEDARTE AQUÍ Y COMERTE TODO LO QUE CAZO! –le gritó dando un portazo. Gracias al cielo la cabaña no se derrumbó, pero estuvo al borde...

El invierno en las montañas seguía siendo crudo a pesar de que faltaba poco para la primavera. Aún así, Ryoga se bañaba en los ríos como si el agua no estuviera congelada...

Había buscado alguna fuente termal por el lugar pero como siempre había terminado perdido. No tenía más remedio que meterse al agua helada. Podía ser un vago, pero sucio jamás. Ranma le había sugerido que fuera a los baños públicos, pero con su nuevo cuerpo era muy vergonzoso. Después de todo su mente era la misma y no deseaba ver a las chicas aunque tuviera una oportunidad como esa...

Sin más preámbulo, se dirigió al río. Ya estaba oscureciendo y parecía que el viento estaba más frío de lo habitual...

- Será mejor que me apresure... parece que viene una tormenta... - se dijo a sí mismo y cerró los ojos. Aún no se atrevía a verse desnudo así que cada vez que se vestía o bañaba cerraba los ojos volviéndose más torpe de lo normal.

Por un golpe de suerte logró meterse al agua sin tantas dificultades... Estaba heladísima... comenzó a temblar apenas entró. Al cabo de un rato no sentía sus pies o sus piernas...

- Maldición, me agrada el agua fría pero esto es demasiado – se dijo tratando de salir pero el cuerpo no le respondía... - Diablos...

Ryoga trataba de acercarse a la orilla pero el frío le clavaba como mil agujas por todo el cuerpo. Su mandíbula temblaba y los dedos de las manos comenzaban a ponerse azules... Si no llegaba pronto a la cabaña para calentarse, podría tener hipotermia..

....

- ¡Qué rayos estará haciendo el idiota de Ryoga! ¿Acaso cree que voy a estar cocinando todo yo solo? – Ranma estaba furioso y se paseaba de un lado a otro dentro de la cabaña.

Normalmente el Hibiki solo tardaba entre diez y quince minutos en ir al río, pero ya había pasado más de media hora y no había señales de que regresara. Además hacía demasiado frío como para que él estuviera disfrutando su baño helado.