Capitulo 3: Park Jimin

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- Si sigues comiendo así te vas a poner como una vaca Park

Las risas resonaron por toda la cafetería, provocando un zumbido en sus oídos, y una opresión en su pecho que le impedía respirar hasta volver aquello doloroso. De repente, se le olvido que no había cenado el día anterior, que en la mañana no había tenido tiempo de desayunar y que apenas hace unos minutos se estaba muriendo de hambre.

Sintió como sus mejillas se calentaban debido a la vergüenza, como su pequeño cuerpo comenzaba a temblar, y como sus ojos se llenaban de lágrimas después de que aquel tipo tomara su bandeja con comida y de un movimiento brusco mandara a volar todo lo que había comprado y apenas había probado; sintiéndose humillado por ser el causante de las risas de todos a su alrededor, de ganarse miradas llenas de lastima de unos y de burla de otros.

Ese era su día a día desde que se había enamorado, confesado y acostado con Dong Youngbae, conocido por todos como Taeyang.

Jimin provenía de una familia en lo que cabía normal, el único problema era su madre, la mujer había sido modelo y cuando su sueño de que su hija heredara su profesión se frustro al poder tener solo un hijo y que este fuera varón, su amor de madre decayó a un punto en el que aquel sueño se convirtió en una obsesión, torturándolo así psicológicamente y constantemente respecto a su peso, al punto de hacerlo vomitar cuando comía más de lo que ella le tenía permitido o incluso comía algo que no debía comer.

En su inocencia Park creía que su madre lo amaba y por eso era así con él, no dándose cuenta de que lo lleno de complejos e inseguridades. Por eso, cuando uno de los chicos más populares y guapos de la escuela comenzó a coquetearle y lo invito a salir, no lo pensó dos veces y acepto.

Taeyang siempre le recordaba lo bonito y delgado que era, lo bien formado que estaba su cuerpo y lo caliente que ello lo ponía. Por eso a sus 18 años cuando se dio la oportunidad no dudo en acostarse con la persona que creyó que amaba. Sin embargo después de ello, la "relación" que ambos mantenían se volvió en algo unilateral, algo que solo buscaba el mayor cuando no tenía con quien follar. Y muy a su pesar, Jimin termino aquello y por su bien se alejó de él, cayendo en una depresión que le hizo aumentar unos cuantos kilos debido a los atracones de comida que se daba aun cuando su madre lo hacía vomitar. Sus regordetas mejillas habían vuelto a aparecer ganándose miradas de odio, golpes y comidas exageradamente escasas. 

Por eso cuando Taeyang se dio cuenta de ello, comenzó a atacarlo comenzando con sus inseguridades, diciéndole cosas y esparciendo rumores por la escuela a modo de venganza. Porque nadie le decía que no a sus caprichos y Jimin aprendería de primera mano las consecuencias de haberlo dejado.

Y ahora estaba ahí meses después, con sus ojos cerrados lleno de miedo cuando una enorme mano se cerró contra su negro cabello y lo tomo con fuerza haciendo que se levantara de donde había permanecido inmóvil y cabizbajo con la esperanza de que ese sujeto se cansara y se fuera.

- ¿Quieres llorar jodido marica? –pregunto burlón zarandeándolo en el proceso

De repente todo el lugar se había sumido en un silencio espectral. Su rostro se estampo contra la mesa y cayo desorientado en el piso, con una herida bajo su ceja que comenzaba a sangrar y escocer. El tipo no satisfecho con ello le había pateado en el abdomen. Acción que le obligo a tumbarse en el piso por el dolor, embarrándose el rostro y la ropa con la comida que antes estaba dispuesto a comer.

- Justo así mereces comer, como la cerda que eres -prácticamente le grito desde arriba, ocasionando murmullos por todo el lugar

Jimin había comenzado a llorar. Lo que provocó la ira en el otro que le volvió a pegar con fuerza en el abdomen. Abrió los ojos asqueado cuando sintió como le escupían en la cara. Y los cerró con fuerza cuando vio que aquel chico tenía intenciones de golpearlo otra vez, pero el golpe nunca llego.

Wings: La vida de Kim TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora