III. Mi amiga, Uraraka

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Cerró la puerta con el corazón totalmente acelerado. Llevó las manos a su rostro deslizándose de lleno sobre la madera a sus espaldas. Respiró para no olvidar que seguía con vida y que su nuevo compañero del que le habló su madre era ni más ni menos que Katsuki Bakugou.

-I-Imposible...

Repasó la situación incontables veces tratando de dar crédito a lo que sus ojos habían presenciado minutos antes. No entendía cómo, pero estaba totalmente desnudo en el mismo departamento que el rubio.

Esperó un cuarto de hora más para salir de su prisión autoimpuesta ya con su pijama encima: un pans deslavado totalmente guango y una playera de alguna marca de zapatos famosa manchada de cloro.

Se deslizó fuera del baño en dirección a su alcoba pero al salir se topó con el rubio en bóxers lavándose los dientes con frenesí.

Katsuki al verlo pensaba reaccionar de forma casual, un "muérete" o un "¿qué me ves?". Pero al verle en con ese conjunto tan sugerente comenzó a reírse tragando algo de pasta dental en el proceso.

Izuku se disculpó rápidamente dirigiéndose a su habitación sin reparar en la sonrisa del rubio. El de ojos carmesí sólo le vio alejarse.

-Este Deku...

Puso los ojos en blanco y continuó con su exterminio de gérmenes. El aroma del baño llamó su atención. No era el habitual proveniente de un shampoo de marca o de alguna loción; nada de eso. Era un aroma natural. El aroma de Izuku.

-¿De nuevo? No jodas amigote...-regañó a su entrepierna como si a ésta le fuese a crecer boca para responderle.

Izuku cerró la puerta tras de si distinguiendo un "ni que fuera a comerte" perderse entre su agitada respiración. Su realidad era tan clara que dolía.

-No traía camisa...

Algo dentro de Izuku renació como aquel primer día en el que se encontró por vez primera con Bakugou.

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Una vez que su alarma le indicó que debía mover su trasero fuera de la cama, Bakugou se encaminó a la cocina en busca de agua para aclararse la garganta. Sus malas posturas al dormir siempre lo dejaban descobijado. Podría ser el preludio de una fuerte gripe.

Al entrar sus ojos se toparon con dos esmeraldas que preparaban el desayuno con sigilo pues Katsuki no pudo saber que Izuku estaba ahí hasta que le vio de pie tomando la sartén.

El silencio bailaba entre ambos chicos siendo interrumpido por el aceite que freía un par de huevos a fuego lento.

-¿Te gustan revueltos o estrellados?

El rubio lo observó por dos segundos. Su cabello estilo "afro" de recién levantado en conjunto con su atuendo que ofendía las miradas, seguían provocándole la misma gracia del día anterior, por lo divertido contestó sin pensarlo mucho:

-Estrellados está bien.

Los ojos de Izuku se abrieron como platos inundando su iris de brillo y destellos que Katsuki juró presenciar en ese momento.

-¡Claro! También tenía pensado preparar algo de leche, pero no sabía si la querías sola, con azúcar, con algo de café, chocolate, cocoa o sencillamente preferías un café cargado, o con leche o con crema. Luego supuse que te inclinarías por un jugo de naranja o de alguna otra fruta de temporada. Al final no hice nada y sólo elegí los huevo-

-Ya-señaló Bakugou colocándose frente a él acercándole un platón para que le sirviera sus blanquillos-. Lo que tengo es hambre, no ganas de escucharte-redujo la distancia entre ellos dos-. Sirve-indicó con molestia fingida.

Roommates [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora