𝗢𝟯. Por el bien mayor

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Una línea muy delgada
separa el bien del mal.
Cada uno es responsable
de lo que hace al final.

Pero si había que elegir,
no existía razón para dudar.
Lo único que quedaba como
alternativa era amar.

Y con esa mirada, supo que
una parte de eso estaba bien.
"𝑃𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑚𝑎𝑦𝑜𝑟" y al verlo a
los ojos, ya estaba convencido
en que todo era para bien❞.

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˗ˏˋ 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯 ˊˎ˗    |   ↺ POR EL BIEN MAYOR
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Las palabras salían de sus labios en simples y delicados susurros; susurros al viento de aquella tarde de verano. Susurros sin medida y tiempo. Murmullos sordos del hablar.
Sus palabras penetraban tan hondo, taladraban su cerebro de una manera tan indescriptible.
Y es que cada palabra que Gellert Grindelwald lograba expresar en cuanto a sus ideas, era esa palabra que Albus tragaba y creía como verdad.

Aquella tarde en el cementerio, Gellert logró contarle sus ideas y Albus estaba tan anonadado por la manera en la que lograba expresarlas, la manera en la que sus palabras salían con tanta seguridad.
Pudo notarlo al instante. Sin duda alguna, Gellert también era alguien sumamente brillante: eso le gustaba.

Tres días después, ambos quedaron de verse cerca de ese mismo lugar. Dumbledore se las arregló para salir, porque aunque Aberforth se había ofrecido en cuidar a Ariana, una parte de su ser le decía que su hermano no estaba del todo de acuerdo con su pequeña ausencia. Aún así, lo dejó de lado.

Sus pasos apresurados se dirigieron al cementerio, no era un sitio completamente lindo para encontrarte con alguien, pero era su inicio, su "punto de encuentro".

—Veo que llegaste temprano —exclamó cuando sus ojos lograron visualizar al joven rubio en aquel lugar, con las manos descansando detrás de su espalda y cierto semblante de seriedad.

—O tal vez tú llegaste un poco tarde —Gellert se volvió para encontrarlo y Albus sólo sintió cómo sus piernas se entorpecían sin razón aparente. Sólo sonrió ante eso y Grindelwald le devolvió la sonrisa—. ¿Esa es tu manera de saludar?

—Yo... ¡No! Lo siento... Hola —sonrió con nerviosismo—. Ah, por cierto; tengo algunos libros que quizás puedan servirnos, ya sabes, para investigar —lo miró, extendiendo tres libros antiguos que yacían en sus manos. No era la mayor cantidad del mundo, pero sabía que no sería bien visto que llegara al lugar con sus manos vacías.
Además, era el inicio de su búsqueda, cualquier tipo de información les servía en ese momento.

𝗦𝗔𝗨𝗗𝗔𝗗𝗘 | grindeldore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora