Final. [2/2]

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Y después...


Nos sentamos uno al lado del otro, en las escaleras de entrada, supimos que al ser sábado nadie nos iba a interrumpir de esa plática que debimos tener hace mucho tiempo. Y yo... solo me sentía intranquilo, nervioso, su presencia siempre causó ese efecto en mi desde que vi su cara ese día, más aún cuando noté que usaba la bufanda que le di, supe que íbamos a tener una larga charla. 

Estaba a su lado, con la vista en la calle y la piernas cruzadas, esperando que fuese él quien hablara primero. El clima había sido horrible desde temprano, pero en ese momento no tenía frío.

—Lo siento, Yao.

Había estado esperando escuchar esas palabras hace tiempo, pero...

—¿Por qué?—dije, esta vez mirándolo.

Él se sorprendió, como si no hubiese esperado que lo interrumpiera.

—Eso era lo que debía decir para que ya no estuvieses enojado, ¿no?

¡Ese niño! ¡¡Ni siquiera se estaba disculpando de verdad!! ¡¡Quería matarlo!!  

¡Y su cara de inocencia no iba a salvarlo de que lo hiciera!

—Es decir...—miró hacia arriba, tratando de acomodar sus palabras, mientras yo lo miraba muy posiblemente con el rostro muy rojo—, creo que lo único de lo que me arrepiento es de haberte hecho sentir mal, aunque no cambiaría mis actos.

Quería gritarle, pero, ¡es que era como un niño!

—¡Deberías aprender a disculparte de las personas adecuadamente!

Él asintió, y esta vez no supe leer su cara, se mantuvo siempre a cierta distancia. Luego noté algo raro, y es que Iván se quedó callado, parecía tener muchas cosas que decir al mismo tiempo y no saber cómo hacerlo, creo que... ya no estaba tan enojado con él.

Suspiré.

—Pensé que no debía mentirte de nuevo...   

No supe si me estaba manipulando, o si era sincero en ese instante, pero de lo que si estuve seguro era de lo mucho que me costaba enojarme con él.

—¿Por qué no me cuentas desde el principio?

Vi un cambio en su rostro, como si hubiese encontrado respuesta a sus problema, le escuché un pequeño "si" al instante que vi una pequeña sonrisa en sus labios.

—Bueno, la última vez que nos vimos...

—No—lo interrumpí—, quiero que me digas todo aru.

Asintió, entonces miró hacia la calle y cómo comenzaba a lloviznar, yo no despegué la vista de su rostro en ningún momento, tratando de buscar alguna expresión que me dijera que estaba tratando de ser desonesto de nuevo, pero solo le vi pensativo, como si tratara de armar todo lo que había sucedido en su mente antes de pronunciarlo, y yo ya no buscaba gestos, por algún motivo no pude apartar la vista de la punta de su nariz que ahora estaba rojiza por el frío, frío que yo apenas podía sentir en la punta de mis dedos, porque tenía puesto su abrigo. 

Él sonrió de medio lago, ahora supe que iba a hablar. Sentí un inexplicable revoltijo en mi estómago.  

—Yo... creo que jamás he sido bueno tratando con las personas—dijo con cierta melancolía—. Ese día, es decir, el día en que nos conocimos, creí que finalmente iban a expulsarme, y pensé que quizá eso sería bueno, pero solo fue un castigo tonto, no tenía ningún problema con ayudarte, lo único que me preocupaba es el tipo de persona que fueses...—hizo una pequeña pausa, y volteó a mirarme—, pero no fuiste quien yo creí que serías—ahora sonrió—, fuiste mucho, muchísimo mejor.  

Another School Romance. [RoChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora