CAPÍTULO 4

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Al despertar ya no nos encontrábamos en el avión. Estábamos en una isla desierta que no se parecía nada a Escocia.

-¿Dónde estamos?- Pregunté en voz alta sin darme cuenta.
- No lo sé... - Me respondió Catherine, que se encontraba al lado mío.- Algo me dice que esto no es Escocia... 

Estábamos nosotros cinco junto con los demás pasajeros del avión. Poco s poco los chicos se iban despertando. Todos estaban igual o más confundidos que yo.
Mi temor se incrementó de golpe cuando, al igual que Catherine, me di cuenta de que nuestro equipaje no estaba.

- Nuestras cosas... No están...- Dijo Catherine, con la voz temblorosa.- ¿Y si es un secuestro?
- Tranquilízate Catherine, seguro todo va a estar bien...
- ¿CÓMO PUEDES MANTENER LA CALMA EN UNA SITUACIÓN ASÍ?- Gritó Catherine y, acto seguido, se largó a llorar desconsoladamente. Lo único que pude hacer fue tomarla de la mano y decirle que todo estaba bien, aunque ambas sabíamos que no era así. Agarré el collar que me había regalado mi madre y lo apreté con fuerza. Eso siempre hacía que me calmara cuando tenía miedo.
De pronto, una voz captó la atención de todos.

- Bienvenidos, jóvenes.

Todos nos sorprendimos pues, como por arte de magia, apareció una especie de holograma del señor Milos.

- Señor Milos, ¿Dónde estamos?- Le pregunté.
- Muchos se preguntaran que hacen aquí y no en el avión- Continuó hablando e ignoró mi pregunta- Bueno, yo tengo la respuesta a eso... Resulta que hace unos meses se me ocurrió la idea de hacer un juego. Este juego se desarrollaría en una isla, por supuesto. Pero... ¿Cómo haría que la gente acepte jugar? Ya sé, me respondí a mí mismo, armaré un concurso falso donde el premio sería un viaje a otro país, y así los jóvenes se interesarían en participar. Seleccionaré a cinco personas de diez países diferentes y les haré creer que ganaron un viaje a Escocia por un año, y cuando suban al avión creyendo que van a ir a otro país, los secuestraré, les sacaré todas sus pertenencias y los llevaré a la isla. Y... Si se rehúsan a jugar... Los tiraré al océano, donde nadie encontrará sus cuerpos.
- ¿Y en qué consiste el juego?
- Verás, mi pequeña Pilar... En esta isla hay dos asesinos mezclados entre los jóvenes. Si ustedes logran descifrar quienes son para el final del año y sin que los maten, ganaran un premio de cien millones de dólares.
- ¿Y si no?
- Y si no descubren quienes son los asesinos para el final del año... - Cambió su tono de voz por uno mucho más tétrico- Los mataremos a todos ustedes.
- No puede ser...- Dijo Margarita Catalia- ¡Usted es una persona horrible!
- Oh, ¿De verdad?- Dijo Milos con un tono sarcástico- Bienvenidos a la isla, jóvenes.


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