Lo que un fénix nunca hizo (Drastoria)

CAPÍTULO X

Amortentia

Luego de la conversación que tuvo Draco con Luna Lovegood. La enfermera dio de alta al rubio dejándolo libre. Estaba más que contento. Ahora podría ver a su mejor amiga por más tiempo. Bueno, tal vez había pasado un día desde que estaba en la enfermería, pero aun así extrañaba a Astoria. No le era suficiente verla solamente en los recesos. Quería estar con ella a todas horas.

No sabia como ni en que momento apareció una obsesión enfermiza hacia su amiga. Tal vez fue el sueño que tuvo, o lo que había pasado unos días atrás cuando ella le llevó unos ricos bollos a su habitación. Nunca podría olvidar ese día.

Draco corrió hacia las mazmorras, quería ver a sus amigos, necesitaba verlos. Sobre todo a ella.

Irrumpió en la sala común de Slytherin, buscó por todo el lugar a sus amigos, pero nada. No estaban allí.

Salió de la sala y buscó a sus amigos por todo el castillo. Baños, aulas, comedor, pasillos. Por todos lados, pero nunca les encontró. Decidió en ir a los alrededores de Hogwarts. Lo más probable es que estuvieran allí.

La brisa fresca chocó con su rostro mientras caminaba con intranquilidad por los alrededores del magnífico colegio. Sus pasos eran veloces y su vista pasaba de un lado a otro sin encontrar lo que buscaba. Sus ojos resplandecían de desesperación. Quería verla, quería verla, quería verla, quería verla, quería verla...

No quería admitirlo aún, pero realmente sentía algo por ella. No sabia el que, pero sentía algo. Era algo muy bello y satisfactorio. Realmente no lo entendía, pero prefería dejarlo así. No era el momento apropiado para pensar en aquellas cosas. Le hacía sentir raro.

- ¡DRACO!- el chico escuchó que le llamaban de algún lado- ¡Por fin estás fuera!

Se asustó de sobremanera cuando sintió que alguien le abrazaba por detrás. Decidió que lo mejor era mirar al "culpable", así que, se giró sobre sus talones y vio a la persona que le había abrazado. Soltó un suspiro involuntario al verla.

- Astoria...- Draco no pudo evitar oler su esencia. Olía a flores. Sin darse cuenta, correspondió el abrazo a la chica para seguir embriagandose con aquel aroma. Se estaba perdiendo de sobre manera en aquella sensación. Era la primera vez que le pasaba y todo gracias a un abrazo.

Astoria levantó su rostro cometiendo el "mayor error de su vida". Por una fracción de segundos el aliento de aquella chica se fue al ver aquellos penetrantes y hermosos ojos grises. Se perdió en ellos casi al instante, no podía dejar de mirarlos. Le encantaba.

Poco a poco, los rostros de ellos se fueron acercando mientras sus respiraciones chocaban entre sí. A la par, los dos cerraron los ojos mientras se iban acercando a los labios del otro. Todo a su alrededor había desaparecido. Ya no había ruido ni había estudiantes. Solo estaban ellos disfrutando del momento.

Sus labios se buscaban con algo de desesperación. Necesitaban ese beso y lo necesitaban en ese preciso instante.

Los labios de ambos alcanzaron a rozarse, las respiraciones de ambos estaban entrecortadas. Las ansias de poder juntar sus labios aumentaban por momentos, no podían más, debían hacerlo. Astoria rodeo cuidadosamente con sus brazos el cuello del chico, preparada para el mejor beso de su vida. Draco rodeo la cintura de la chica para acercarla más a él. Y sin previo aviso, escucharon un gritito que provenía detrás de Astoria.

- ¡No me digan que...! ¡¿Se iban a besar en mi presencia?!- exclamó Blaise sorprendido.

Draco y Astoria despertaron de la ensoñación que habían entrado anteriormente. Los dos se miraron confundidos y se sonrojaron al mismo tiempo. No podían creer que estaban a punto de besarse en frente de su mejor amigo.