Gotham Cittá: El Ascenso

Capítulo II: Un millón de imprevistos

Editado el 20/12/2019.

Desperté sin ver nada. Estaba sentada, y podía oír a Bruce susurrando mi nombre, se oía claramente, estábamos cerca. Entonces, nos quitaron las capuchas que nos impedían ver todo. Me tardé un poco en acostumbrarme a la luz y me di cuenta de dónde estábamos.

Era el mismo lugar donde presentí que planeaban nuestro secuestro. La mesa para doce personas.

—¿Pero qué demonios? —susurré.

—Bruce, Elena. ¿Querían hablar? —Segundos después, rió ligeramente y se quitó su máscara de búho—. Perdónenme. ¿Mejor?

Si calculo su edad, tendría entre cuarenta y cincuenta años.

—Te conozco. Te he visto en los eventos de nuestras compañías. Estuviste en mi casa, y recuerdo haberte visto en la casa de Elena—soltó Bruce.

—Es extraño. Es la primera vez que yo la veo. Pero es porque a veces la memoria me falla.

—Me llamo Kathryn. Represento al grupo que hablaron y con quienes querían hablar. Supimos de tu presentimiento, Elena. Creo que ya te enteraste de tu tío.

—¿Qué tiene que ver mi tío contigo? —pregunté.

—Desde hace años nos conocemos. Pero es lo único que te diré.

—No tenías que herir a Alfred.

—Él no les habría permitido que se reúnan a solas con nosotros.

—Intentaste matarnos.

—Estabas tras Indian Hill. Tú contrataste a Hugo Strange. E incluso permitiste que yo tuviera esa alteración en mi ADN.

—¿Es por eso que están aquí, Bruce y Elena? ¿Para preguntar cosas de las cuales ya saben las respuestas?

—¿Quién eres?

—¿Cómo se llaman a sí mismos?

—Nuestro nombre no es importante. Ahora—Se paró y empezó a caminar lejos de su asiento—, hicieron una amenaza. Refiriéndose a evidencia que descubre nuestra existencia. Nos gustaría saber qué encontraron.