Capítulo 24 (Actualizado el 08 del 08 del 2019)

34 1 0
                                    

Aviso que a partir de este ya no habrá dos o tres capítulos de Víctor y, o Anne seguidos, sino que irá a saltos de un terreno a otro. Me es más sencillo para coordinar la historia de esta "segunda parte", cuando todo se entrama. :D

24

Víctor

La tarde de un sábado caía sobre Stern, mientras Víctor se hallaba sentado en un banco, observando desde allí las calles aparentemente tranquilas, que rodeaban el parque en el que se hallaba; mientras a su lado Dave leía el periódico, esperando a que Gerard saliese de trabajar para reunirse con ellos.

Había parado de llover hace unas pocas horas y el cielo había comenzado a despejarse, hecho que Víctor había aprovechado para salir; disfrutar del aire fresco y de la agradable compañía de sus dos mejores amigos, Dave, que también era su vecino y Gerard. Últimamente la situación había mejorado un poco desde que él actuaba en la ciudad y a la par que él había progresado, de tal modo que ahora se sentía más que preparado para afrontar lo que fuera que le esperaba.

No muy lejos de allí, Víctor pudo ver que Cedric y Layla hablaban, pero apenas les prestó atención. Sus celos habían pasado hace tiempo, ya que, por medio de las pocas veces que, sin querer o queriendo, había observado los pensamientos de Layla sabía de sobra que Layla no quería a Cedric y que a una palabra suya Cedric y Layla dejarían de verse. Pero no le interesaba alejar a la chica de sus amistades, del mismo modo que ella no lo alejaba de las suyas.

Dave paró de leer con aire alicaído; al verle Victor se preocupó, pero pasó de mirarle la mente. Desde que sabía controlar sus poderes se había prometido a sí mismo no mirar mucho la mente de sus amigos y, o, conocidos porque lo cierto es que para él era como si estuviera violando su intimidad. Y eso no estaba bien.

—¿Quién ha muerto esta vez? —preguntó Víctor, achacando el repentino cambio de estado de ánimo de su amigo a alguna muerte (más bien asesinato) importante.

—Alva, era una amiga de la familia —informó Dave. Tan pronto como este pronunció el nombre Víctor tuvo una sensación familiar, como si ya conociera a esa persona, más se convenció a sí mismo de que no era posible; ya que podían existir varias personas con el mismo nombre. Sí, seguramente no era más que una coincidencia.

—Lo siento —dijo Víctor.

—No te preocupes, tampoco es que nos viéramos mucho desde la muerte de mi madre —lo tranquilizó Dave. Víctor no se sorprendió de oír aquello último, pues sabía que la madre de Dave había muerto hace años de una enfermedad incurable, al igual que la suya años atrás, cuando él aún no vivía en Stern.

Víctor tendió la mano al mismo tiempo que le preguntó a Dave:

—¿Puedo? —demostrando con ese gesto su interés por saber más sobre ese asesinato que parecía haber entristecido a su amigo.

—Sí, claro —contestó Dave, pasándole el periódico. —Oye Víctor ¿Te ocurrió algo con Simeón? — preguntó.

—No, nada —contestó automáticamente Víctor, pero cualquier cosa que pudiera decir para reforzar su negación y hacerla convincente se perdió al leer la descripción de la chica asesinada.

Esta había sido desangrada, pero apenas había rastro de sangre en el lugar a excepción de un poco que quedaba en una herida, muy parecida a la que dejarían unos colmillos, en su cuello, y era como si le hubieran extraído toda la sangre por allí. Para la mayor parte de la gente esta era una muerte extraña más pero para Víctor era la obra de un vampiro.

Sin embargo, eso no fue lo único que le llamó la atención; allí describían a la chica como alta, de cabello castaño desvaído y ojos pardos y profundos; al verlo entendió la aflicción de Dave. Esa chica, Alva, Víctor también la conocía. La chica era bastante conocida en la ciudad y a menudo la había visto y saludado, aunque quién mejor la conocía era Dave, por eso estaba más afectado. La ira comenzó a crecer en el interior de Víctor de una forma rápida e increíble. Odiaba los crímenes, odiaba a aquellas criaturas, pero lo que más odiaba era cuando éstas mataban a conocidos, amigos, u otra gente cercana a él. Si no fuera por Dave ahora mismo habría apretado los puños, demostrando claramente sus sentimientos.

Seyens: SternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora