Desde la ventana de al lado

capitulo 9

Al parecer la detective estuvo hablando con nuestros padres alrededor de dos horas consecutivas. Ni yo ni Sarah pudimos escuchar nada acerca del asesinato.
-¿Tu crees qué nuestros padres tengan que ver?- me preguntó Sarah.- alguno de los dos pudo...
-¡No digas tonterias!- interrumpí.-ellos no harían algo asi.
En mi mente pensaba en alguna posibilidad. ¿Pero ello?, ¿mis padres?, son unos santos. Mi madre es muy religiosa y mi papá, bueno, es demasiado infantil como para tener una mete psicopata. No hay posibilidad.
-Mira-dijo Sarah, interrumpiendo mis.pensamientos.
-¿que?
-La ventana de los Jones, la luz, está encendida.-contestó.¿será un fantasma?,¡la señora Jones!.-gritó.
-!claro que no!, es el señor Jones, babosa.
-!¿babosa?!,¿yo?. Miren quien habla, la que babea la almohada por las noches.-rió.
-Yo no babeo, tu roncas.-protesté.
-¿qué no?, ¿quieres ver unas fotos?-preguntó, con una sonrisa maliciosa.
-!¿me tomaste fotos mientras dormía?!-bufe.
-Se.-sonrió.
-¿Tu no quieres escuchar unos audios?-
-¿audios?-preguntó.
-Sí...!de ti, roncando!, jajaja.
-¡Ya basta Jane!
-tu te llevas y no te aguantas.
-Tenias razón, es el señor Jones. dijo.
-te lo dije no hay fantasmas.-contesté mientras urgaba en mi mochila.
Tengo tantas cosas que hacer.-pensé.
-Jane..Jane.-susurró Sarah, al otro lado de la habitation.
-¿ahora qué?. Pregunté.
-Está...mirando... A la ventana. Jane.
-¿qué?
-El señor Jones, nos esta mirando.- contestó.
Giré la cabeza hacia la ventana.
-su cara, no parece agradable.-dijo.
Sarah tenía razon, su expresión era rara.
Le sonreí, pero no hubo respuesta. Aun seguia inexpresivo, como una pintura vieja. Al parece no había dormido, las ojeras casi le llegaban a las cejas.
Se dio la vuelta y cerró la cortina de color café oscuro.
-Me dio miedo, parece que está molesto..-dijo mi hermana.
-Sí, no está psicologicamente estable, es claro.-contesté.-no te acerques mucho, ¿si?.
-¡oh!, mi hermanita mayor se preocupa por mi.-rió.
-¡claro!, solo tu sabes donde esconde mamá las barras de chocolate oscuro.
-¡interesada!, las voy a cambiar de lugar.- contestó ofendida.
-por eso y porque sin ti,¿a quién molesto?
-Mmm...buen punto. Lo mismo digo.-sonrió.
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Esta sentada sobre mi cama, sola en la habitación. Tenía un cuadeno sobre mis piernas y una pluma de tinta negra en mi mano izquierda. No recuerdo que escribía. Empece a sentir un poco de frio, me incorpore a cerrar la ventana.
Me estremecí, ahí estaba, el señor Jones. Maldición, esa mirada. Las ojeras más profundas que he visto, un par de ojos rojos y esos lentes redondos y sucios.
Se me erizó la piel.
Cerré la ventana y la cortina. De inmediato continue con lo que estaba haciendo. El corazón me latía muy rápido.
Pum,pum,pum.
Demasiado rápido.
Pum, pum, pum.
No era normal, sonaba muy fuerte.
Pum, pum, pum.
Eso no es mí corazón.
Pum, pum, pum.
Alguien toca la puerta.
Tenía miedo.
No puedo.-pensé.
Pum, pum, pum, pum.
Seguian tocando, más fuerte.
Me levanté, caminando despacio hasta quedar frente a la puerta.
Pum,pum,pum,pum
Puse la mano sobre la perilla, el ritmo de la respiración aumentaba cada vez más.
Pum, pum, pum,pum,pum,pum,pum
La giré y abrí de golpe, nada.
Suspire aliviada.
Di la vuelta.
Esa mirada, frente a frente.