Sorpresa.

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Bueno esta vez ella regresaba de trabajar de un restaurante, yo no fui a trabajar porque estaba enfermo y la vi llegar por la ventana, estaba con unas botas, un jean y una camisa. Me escondí­ en la cocina, ella entro y se dirigió donde yo estaba sin prender las luces y sin que se de cuenta le pegue contra la pared aunque trataba de soltarse yo era muy fuerte y alto con una mano le sujetaba por la panza y con la otra sostenía sus brazos. Empecé a lamerle el cuello y a presionar mi pene en su trasero que ya estaba grande y muy duro, empecé a meter mis manos por debajo de su camisa, sus pezones estaban muy duros por el frio y se notaba mucho ... Empecé aprestándolos y luego a jalarlos ...le dolía y me lo decía pero yo no paraba y los movía de un lado a otro, luego empecé a bajar a su vagina, apretaba su clítoris de manera suave e introduje un dedo. empecé a moverlo en forma circular y luego empecé a meterlo y sacarlo, seguía moviendo y jalando sus senos cuando de repente introduje otro dedo eran gruesos y grandes, empezó a mojarse y a gemir -ah, mételo, mételo, métemelo más, mas duro métemelos más adentro- , entonces solté sus tetas e introduje mis dedos en su boca, ella los chupabas con gran placer. Retiro mis dedos de su vagina, mis dedos estaban muy húmedos, la tome de las caderas y se inclino para que viera todo bien y le penetrara profundo -vamos penétrame, hazlo- escupí mis dedos y moje la punta de mi pene y entonces sintió la embestida. Metí un poco la cabeza del pene, pero estaba muy estrecha para mi -no, ahí no, me duele, no sácalo de allí-  le sujete de las caderas y una vez más lo empuje hasta la mitad, estaba caliente, empecé a meterlo lentamente, hasta que se lo metí­ todo, le dolía, se quejaba, entonces moví­ mi mano por su panza y baje para meter los dedos en su vagina pero esta vez tres dedos, empezó a excitarse nuevamente y a gemir ya no sentía dolor, le metía los dedos y mi pene más y más duro y más adentro, estaba completamente sudada, sus senos saltaban, sus fluidos bajaban por sus muslos ... -ah ah ah más, mas, mételo más duro- ...la tenía en el piso en posición de perrito su cuerpo se retorcía de placer el sudor recorría todo mi cuerpo y el suyo -ummmmm-...cuando de repente le abrí­ las piernas lo más que pude y se lo enterré todo profundamente y fue cuando exploto de placer, grito como una loca -siiii dámelo todo, échame toda tu leche dentro de mi- y cuando explote me quede un rato dentro de ella. Mientras sacaba mis dedos de su vagina y apretaba sus senos erectos aun, lamia el sudor de su cuello y espalda, luego saque mi pene salvajemente de ella y sentía los chorros de semen caer por sus piernas.


El placer de estar contigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora