VI

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La nota seguía encima de la mesa.

Incólume y silenciosa.

Él no respondía a sus llamadas y mensajes. No se conectaba al chat de la R.F.A. No volvía.

Habían pasado unos cuantos días desde su partida, y la preocupación empezaba a hacerse un hueco entre los pensamientos de ella. Tal ausencia de palabras, de su voz tras un auricular, ninguna explicación.

- No es la primera vez que hace algo así, MC –Jumin había intentado justificar el comportamiento de su amigo – En un momento complicado para él, supongo que simplemente querrá tener un poco de espacio para pensar y tomar la decisión adecuada.

Quizás sí.

O quizás no.

- Jumin, esta situación no es normal.

Por supuesto que no. No es normal ignorar más de un centenar de llamadas al día. No es normal ignorar palabras de desesperación. No es normal desaparecer dejando únicamente tras de sí una nota garabateada con prisa.

- Tienes razón. Pero dale algo más de tiempo, quizás no vaya tan desencaminado.

No.

Esa situación no era normal.

* * * * *

Oscuro.

Todo estaba terriblemente oscuro.

Hacía frío y humedad.

Y había mucho –demasiado- silencio.

Roto por unos pasos familiares, la danza de una vela sobre las paredes y un perfil de mujer.

- ¿Estás despierto?

Él prefiere callar.

- Estás despierto. El silencio no juega en tu favor, V, sería más fácil que hablaras conmigo, como hacíamos antes. Cuéntame cómo están todos, cómo van los planes de la siguiente fiesta. He leído por ahí que estás preparando una exposición, es fantástico.

Silencio.

- ¿Y quién es MC? No deja de llamarte. Al principio era divertido, pero está llegando a un punto irritante y desagradable ¿Debería llamarla y hablar con ella?

Se mordió los labios.

- Oh, MC, no deberías preocuparte por alguien como él, una persona que odia a los demás tanto como se odia a sí mismo, alguien capaz de destruir a la persona que más quiere no merece tanta... insistencia.

Una risita.

- ¡Basta, Rika!

Un teléfono que da contra la pared. Pequeñas piezas desperdigadas por el suelo.

- Por fin me hablas. Tengo muchas cosas que contarte y, al parecer, tú tienes tiempo de sobra.

* * * * * 

Seven fue la respuesta.

- Tan sencillo como activar la localización de su teléfono. No me costará mucho, siéntate.

- ¿Activar la localización?

- Oh, un pequeño dispositivo camuflado en el interior del móvil – una pausa – no se lo digas a nadie, es información clasificada.

- ¿Yo también tengo un aparatito de esos?

- Información clasificada ~

Debía calmarse antes de que el pensamiento de arrancar un buen mechón de pelo rojo se hiciera realidad.

You Had Me at Hello [V, Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora