Lunas de Octubre

Capítulo 4º

Eres mi bien

Lo que me tiene extasiado por que negar que estoy de ti enamorado de tu dulce alma que es toda sentimiento  

Dios dice que la gloria esta en el cielo que es de los mortales el consuelo al morir, Bendito dios porque al tenerte yo en vida no necesito ir al cielo tisu,si alma mía la gloria eres tu.

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Lo admito fui un hombre enamorado, perdido en un amor mundano y sin sentido, pero al final amor o eso creía.

Su cariño era como un sol abrasador que incendiaba mi alma con el mas bello y puro de los sentimientos.

Lo conocí por casualidad, yo era un simple empleado de correos, su mirada insistente reclamaba mi atención, como un ladrón astuto se metió en mi vida, sus visitas constantes, sus palabras amables y halagadoras; yo no podía entender que veía en mi, cual era el truco detrás de todo ese teatro, al final de cuentas caí en la trampa como un cachorro perdido.
Accedí a su citas en los mas remotos y extravagantes sitios de la ciudad, me embriagaba con dulces licores, con atrevidas y candentes insinuaciones, era un hombre ingenioso, varonil, bello como una deidad, terriblemente sensual, su aura era un imán demasiado poderoso que atraía todo mi ser.

Estar con el era como quemarse en el mismísimo infierno, lento e implacable. Gaste mis noches en sus aposentos ardiendo feroz y pasionalmente, mis días se volvieron brillantes, cálidos y hermosos.
Si bien mi vida no había sido tan terrible, mejor dicho tolerable, su presencia significaba una bocanada mas de oxigeno, un segundo aliento, una cura milagrosa a todos mis males.

- Mi dulce, dulce Aiday, se mio y yo seré tuyo, matame si quieres pero no me digas que no me amas -

y lo amaba con locura y frenesí.

Sin embargo el tenia otros planes, una vida paralela a la que me mostró, fui ciego y estúpido por no preveer la posibilidad inminente, me negaba a creerle.

- Mi querido Aiday, voy a casarme el próximo verano -

- ¿Y la amas? -

- La amo y es mi deber y algún día tu también deberás responder ante ese compromiso -

- Falso embustero Nikolai -

El dolor era tan fuerte que mi cuerpo y mente no sabían como reaccionar, en realidad aun no sentía nada, el golpe llego retrasado, cuando por fin golpeo directo en mi pecho tan fuerte, tan insoportable que no sabia como sacarlo de mi.  Ni por un segundo se detuvo a sentir lastima, había estado huyendo de las miserias que me pertenecían en mi madre patria y ahora regresaba buscando un poco de clemencia o tal vez, solo tal vez la misma muerte.

Resulta que el universo solo conoce una palabra........ Concedido. 

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PWMatilde

Postales Rusas de la decada de los 80s