Capítulo 3 - Sálvame, Elías

41 12 1
                                    



CORREGIDO. ¡ME SORPRENDIÓ LA CANTIDAD DE ERRORES!

PSDT: ME SIGUE SORPRENDIENDO LOS ERRORES


Esto no me parecía para nada realista, un embrollo colosal capaz de darme una realidad alterna. ¿Qué podría decir sobre esto y aquello?

—E-Elías... —arrastro mi mano derecha hacia su rostro. Su piel es suave, su tez blanca y el cabello castaño que hace contraste con sus ojos color del sol... fascinante.

—Impresionante... —no oculto la impresión en mi voz.

—¡Elías! Te dije que te coloques las gafas.

Mi ansiedad se hace presente. Hay un niño nacido en fechas que no coinciden con las dictaminadas, si fuese el caso este niño rondaría los trece, edad de la que no parece, o aparenta.

Dirijo mi vista hacia la figura imponente que se acerca a Elías. Un hombre que posiblemente me lleva dos cabezas de altura.

Su rostro...

Me olvido por un instante del niño y observo cada detalle de la persona, desde su ropa hasta cada facción de su cara, y aunque se pueda notar a simple vista lo enfadado que esta, me es imposible obviar lo atractivo que tiene de alguna u otra forma, si es que omitimos la vena que sobre sale de su frente hacia su ojo derecho.

—¡Tú! —dice señalándome con su índice estrepitosamente a cinco centímetros de mis ojos.

Mi rostro se arruga en confusión.

Entrecierro mis ojos, es como si lo conociera de antes, cosa absurda, aunque viendo el caso... Dudo.

—¿Nos conocemos de antes? —indago. Instintivamente me acerco a inspeccionarlo de cerca.

Sus ojos se ensanchan un poco, ojos color negro que se me hacen vagamente conocidos.

—¿Yo? —él mismo se señala con aire de insuficiencia, para después hacer un ademan restándole interés, observa el reloj colgado de su muñeca y me mira.

—Son las 11, sino se quiere quedar atrapada otra vez por la noche en un bosque donde la violen o asesinen. Dado que hay múltiples opciones, ya debería de estar yéndose.

Mi quijada se descuelga al escucharlo, o sea ni me ofrece desayuno. Su mal genio me descompone todo el día.

—Los modales se han perdido con el paso de los tiempos —espeto viendo mal al mezquino.

—A usted no debe importarle mis modales, tenga la decencia de agradecer por haber aceptado que duerma aquí —sonríe de lado, aunque parece una mueca de disgusto

Me quedo sin habla, no estoy acostumbrada a este tipo de trato puesto que soy la máxima autoridad en el territorio.

Es...

—NOTICIA DE ÚLTIMO MINUTO

Elías, su padre y yo volteamos rápidamente al televisor cuando sale aquel aviso.
Y lo siguiente es lo que confirma mi juicio próximamente.

—Se ha dado a conocer la desaparición de la Gobernadora Ignes Balboa Aktach; personas cercanas refieren que en ningún momento la vieron abandonar el castillo, por lo cual se sospecha de un posible secuestro, ya que todo apunta que la desaparición fue en su mismo lecho. Las autoridades se han pronunciado alegando que se encuentran trabajando para dar con su paradero. En breves momentos nos enlazaremos con la ex gobernadora, su madre Victoria Aktach de Balboa.

Camino a la REMINISCENCIA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora