Capítulo 13 - Sentir

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Tanteo el espacio de la cama y me sobresalto al no percibir a nadie cerca, así que despierto en automático por la falta del cuerpo de David, ya que al dormir fue quien estaba a mi lado. Levanto mitad de mi cuerpo buscando a Elías y tampoco lo hallo, la puerta está semi abierta, lo que quizá puede decir que salieron a los servicios y mi estado alerta es por puro drama. Sin embargo segundos después la figura de David aparece vestido con ese pijama que consiste en trapos viejos y gastados pero que le dan un aire tan... sexy, yo lo lamento mucho por mis hormonas.

Su mirada perfilada va hacia mi con un brillo depredador y por instinto mis piernas tiemblan, cosa que no creo que sea normal.

Mis labios se secan cuando lo veo aproximarse hacia el borde del colchón donde estoy. El retumbe de mi corazón parece que quiere desprenderlo de la caja torácica lo cual me asusta, en sí todo de él ahora mismo de asusta, su cercanía, la forma en la que me mira, la forma en la que está colocando sus manos cerca de mi cuerpo.

—¿Q-qué sucede? —intento no tartamudear, pero se me hace difícil teniéndome en ese estado—. ¿Elías?

Sonríe.

—Se fue a comprar el pan.

Mis ojos se enfocan en el movimiento de sus labios y en automático los míos se secan.

—E-so es pe-peligroso

Hago el amago de retirar la sábana para poder ponerme de pie e ir por mi hijo, no obstante, una mano grande me lo impide.

»Oye...

—Tranquila caramelo —dice, y prosigue a pasear sus manos sobre mis antebrazos logrando erizar todos mis vellos habidos y por haber—. Solo he venido a agradecerte por lo de la otra noche.

La proximidad de su boca y la mía se acortan y los latidos de ese órgano maldito que me cuelga en el pecho aumentan.

Tum Tum Tum

Milímetros nos separan, el choque parece ser inminente, mi boca se prepara para recibir la suya, mis dedos hormiguean por tocarlo y...

—Pero tienes que despertar

¿Ah?
—¡Que despiertes, mierda!

Abro mis ojos rápidamente dando una voltereta cayendo de lleno debajo de la cama, para encontrarme con una cara sin ojos que brillan, ni mucho menos una sonrisa traviesa.

Estaba soñando.

━¿Buenos días?

Me siento aún en el limbo sin poder olvidar al David de mi sueño, es tan raro que se me hace imposible dejar de verlo y percatarme si es que finge. Su escrutinio de una persona enfadada solo logra que me confunda más.

Se ve...caliente.

━Creo que es tiempo de irnos, siento que nos estamos confiando manteniéndonos aquí ━propone y yo asiento sin quitarle la vista.

De cerca admiro sus orbes marrones oscuros, sus pestañas espesas que le brindan un matiz extraño, la arruga que tiene en el puente de su nariz, y sus labios rojizos...

Desvío mi vista a un lado, pero instintivamente regresa a sus labios.

Él me sigue mirando.

Desvío nuevamente mis ojos cuando siento mi cara arder y la boca seca.

Vuelvo a observar.

Él me sigue mirando.

Esto se va a salir de control...

—Deja de mirarme así–pido. El cosquilleo vuelve a recorrer mi espina dorsal... quiero...

—¿Cómo así? –cuestiona, ignorando por completo el hecho de que su mirada me pone...acalorada.

Me aclaro la garganta tratando de desviar los pensamientos impuros que me asaltan, solo que siento que algo no está bien conmigo... es como si tuviera hambre, mucha hambre de él.

»¿Qué sucede? —insiste de pronto cogiéndome del brazo.

Ahogo un gemido en el instante que su mano toca mi piel.

Mi cabeza se abruma y no sé por qué siento tanto sofoco. El calor me atormenta mientras lo siento cerca, puedo percibirlo a niveles extremos, sé que está confundido por los latidos de su corazón, el ritmo de su respiración es lenta, pero tan profunda.

Es como si yo estuviera...

—Tienes que largarte ahora mismo... escapa...

Y aunque debería ser una advertencia, mi pedido parece un ruego. Y desde luego lo es. Mi cerebro, mi sentido crítico está nublado completamente porque solo se concentra en él, y sé con certeza que no debería ser... porque se supone que hay cosas más importantes, que debemos escapar, que debo...

—Ignes... —jala de mi playera enfrentándome y lo pierdo, pierdo el escaso autocontrol que me mantenía cuerda.

Yo lo tomo de la misma forma a él y lo encaro. Sus ojos se encuentran con los míos y hallo la respuesta a la pregunta no hecha.

—Tú sabes lo que me sucede —musito, paseando mi vista desde sus orbes hacia sus labios y así sucesivamente una y otra vez.

No responde, pero el aire se vuelve denso a nuestro alrededor, y es porque él quiere lo mismo que yo, su aura lo confirma.

»Te di chance de escapar, y lo siento por ti porque yo no doy segundas oportunidades.

Me lanzo hacia él devorando sus labios, y la diferencia de estaturas parece no ser problema ya que siento como me corresponde y me sujeta hacia él. Envuelvo mis brazos en sus hombros sintiendolo más cerca para profundizar el beso, introduzco mi lengua dentro de su boca y ambos nos desesperamos al sentirnos así. De momento a otro mis piernas lo rodean de la cintura y sus manos me sostienen del trasero a lo que no pongo resistencia, solo gimo cuando comienza un suave y exquisito movimiento que consiste en mecerme de arriba hacia abajo mientras nos rozamos, lo oigo gruñir y por instinto mis uñas se anclan a la piel de su espalda, entonces lo hacemos con más rapidez y fuerza.

Nos convertimos en mordiscos, rasguños y gemidos; el sudor nos baña y la ropa nos estorba mientras golpeamos y botamos lo que se interpone en nuestro trayecto, tanteo el material de su pijama para poder romperla y...

—¿Papá? 








La última actualización fue en mayo del año pasado... en ese momento aún tenía pareja xd 

Chale

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2022 ⏰

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Camino a la REMINISCENCIA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora