Capítulo 9 - Noche de clases

33 8 6
                                    

EDITADO

—Vendrán por nosotros —es claro el mensaje a descifrar en el pedazo de papel que metieron debajo de la puerta. Los códigos e idiomas me los sé de memoria, los gráficos garabateados solo me dan ganas de moverme en segundos.

—Se demoraron en llegar —David intenta transmitir serenidad, el intento queda en el aire porque sus gestos demuestran que está aterrado, entonces no sé si sacarlo de su error o mantenerlo en ello.

Yo solo necesito armas.

—Debo entrenarlo —hablo, él entiende a quien me refiero y niega.

—Es un niño —las arrugas en su frente se acentúan—. No lo vas a tocar.

—Necesitas oírme primero.

—No —se cierra.

—Tengo un límite David, de alcanzarlo no podría protegerlos a ustedes —me sincero—. Elías puede, he visto a niños entrenar siendo más pequeños.

—No lo vas a tocar...—repite, su nuez de Adán sube y baja. Mi temperamento sale a relucir con su ignorancia.

—Tienes al diablo dentro de cuatro paredes con crucifijos invertidos, es cuestión de salpicar agua bendita para despertarlo; o lo despierto a mi manera siendo buena, o se despierta en medio de la guerra, pero para ese entonces preparado no estará.

***

—¿Segura que papá no se pondrá loco al despertar estando enterrado?

Balanceo mi cabeza de lado a lado, era la única opción o tirarlo al rio y esperar a que se salve solo mientras instruyo a Elías, gritará cuando despierte pero es el menor de los problemas. Enfoco mi vista en el pequeño.

—Vas a aprender a luchar, a utilizar los dones de mi naturaleza y la tuya. Observa, escucha y analiza bien; los mínimos detalles te jugaran a favor o en contra.

Rodeo la zona donde practicaremos, aseguro el perímetro y una vez ya todo fijado lo siento en una roca cerca de mí.

—Para empezar, debes saber que origina cada elemento. Comencemos con agua—digo y junto el sudor de mi frente en la palma de mis manos—¿Ves esas pequeñas gotas? —indago acercándolas para mostrarle.

—Sí.

—Si quieres controlar el agua tienes que tener presente que el agua no se crea sola, por lo tanto, debes asegurarte que se encuentre a tu alrededor. Aunque—sacudo las gotas que están esparcidas por toda mi palma, haciendo que se formen en una sola—; si no hay un estaque cerca, río, lago o lo que sea, la puedes conseguir a través de tu cuerpo o de cualquier otro.

Junto la otra palma de mi mano y la coloco encima, y mientras la levanto voy creando ondas en el aire que acompañan a la pequeña gota, que ya no se encuentra en la palma misma, sino entre las dos, suspendida en medio.

—Si se puede hacer con el agua de nuestro cuerpo, también se podría con las plantas, ellas son casi cien por ciento agua.

—Ellas son las que nos dan oxigeno—asevero—y el oxigeno de una u otra manera es aire, ¿ves la piedra de allá?—indico a la que se encuentra a unos metros de distancia, de unos cincuenta centímetros de alto y setenta de ancho aproximadamente.

—La veo—dice.

Mantengo mi mirada hacia esa, y con la mano derecha rodeo con el dedo indice la gota que aún se sostiene en el aire, haciendo que esta gire rápidas veces. Y cuando veo que ya es suficiente hago mi dedo hacia bajo, y la gota sale disparada a la piedra, dejándola en pequeñas partes.

—Wow...—habla Elías sin pronunciar más palabras.

—Como ahora estamos muy tarde, solo te daré el concepto de cada una y como la adquieres, ¿vale?— pregunto.

—Bueno...—contesta con desgano.

—¡Hey!—lo empujo con el hombro—. Qué más quieres, te enseñaré las diferentes formas de quemar o ahogar a tu papá cuando dispongamos de más tiempo—propongo con una sonrisa de diversión.

—Tu sonrisa es malévola—reprende.

—Pensé que estaba dando una genuina—respondo riendo suavemente con algo de culpa porque me haya descubierto.

—¿Qué elemento será ahora? —pregunta quitándole importancia al otro tema.

—¿Qué te parece con mi favorito?

—¡Fuego!—exclama entusiasmado.

—Síp, algunos dicen que es el elemento más fuerte, y a su vez el más difícil. Yo creo que es depende de la mentalidad de cada uno para poder controlarlo. Este elemento se caracteriza porque va dependiendo a nuestras emociones. Si estás muy enojado y llamas al fuego, es probable que quemes a tu adversario así no haya hecho nada grave, o un pueblo entero...

—Tu casi quemas a mi papá—interrumpe confuso.

—No era problema, lo sé controlar muy bien—respondo tajante—Siguiendo con el tema, las personas que quieren adquirir todo el poder del fuego, deben considerarse responsables e integras—. digo acordándome del protocolo que se debe seguir cuando quieres especializarte en un solo elemento.

—¿Qué es integra? —inquiere curioso.

—Ahora mismo no recuerdo—. murmuro tratando de no sonar avergonzada, por no saber dicha pregunta.

—Sigue—me anima con los orbes iluminados.

—Para llamarlo debes mentalizarte con fuego, y la parte donde quieres que aparezca. Las emociones de una persona enojada, hace que se imagine al enemigo en llamas, por eso a muchos de nuestra nación se tuvo que arrebatar dicha conexión con el fuego, para que así no disminuyan los miembros.

—¡Ah! ¿Y cuándo estás muy feliz?

—¿Cuándo estás muy feliz tratas de quemar a alguien? —pregunto alzando una ceja.

—¡NOOOO!—responde poniéndose colorado, causándome risa—. Lo que quiero decir es, ¿si acaso se activa algún elemento cuando estás muy feliz?

—En algunos casos, pocos en realidad, se causa corto circuito—digo riéndome al haber recordado un evento en el que dejé sin luz el castillo.

—¡Te sigues burlando de mí! —exclama levantandose de la piedra.

—¡Noooo!—contesto jadeante al no poder para mi risa—. Fíjate que una vez yo dejé sin luz a una fiesta que se realizó en el castillo. Mamá se había resbalado de las escaleras ¡Y quedó en calzones! —me carcajeo aún más después de decirlo. Elías también empieza a reír olvidando su estado avergonzado.

Hasta que alguien me interrumpe.

—¿Qué carajos hacen aquí?

David. 



Capitulo editado con nuevas escenas 7u7

Camino a la REMINISCENCIA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora