Capítulo X

12 1 1
                                    

Cuando no hay reuniones, Donovan deja que Violeta pase tiempo lejos de todos. Ella lo teletransporta a una isla en medio de Oceanía. Esta isla es una de las favoritas, donde el océano que le rodea es azul y las aguas son mansas. El sol la ilumina, cae sobre su piel desnuda.

Donovan observa como Violeta sale del agua. Ella lleva un bikini color blanco. Ella se acomoda su cabello mojado a un lado. Donovan no puede evitar sonreír al verla cerca. Ella se echa a su lado, en medio de la arena.

―Es bueno tomarnos un respiro.

―Sí, lo necesitábamos.

Donovan toma del cuello a Violeta y la sujeta fuertemente. Ella se deja ver sorprendida ante el gesto violento y veloz. Él está sentado encima de ella, aplasta su diafragma con su cuerpo y su cuello se cierra por completo. Donovan no se detiene, ni siquiera al ver cómo los ojos de Violeta se tornan rojos.

Hay un momento de oscuridad plena, del cual Donovan entiende como la transición. Vuelve a estar en la playa. Él está echado nuevamente y es Violeta, a unos metros de distancia, quien se deja ver agitada. Lleva un vestido verde claro y sus rulos perfectamente formados se mecen con la ligera brisa a su alrededor. Ella inhala y exhala con dificultad, alza su mirada y puede ver cómo Donovan se pone de pie.

Él se cruza de brazos y sonríe. Ella se sienta en la arena, puede ver a Donovan ya que le brinda sombra en contra del sol. La sombra que provoca lo hace ver más perturbador, oscuro y perverso.

―¿Crees que puedes jugar con mi mente? Debes ser más convincente, Violeta. No puedo creer que Derek caiga contra tus juegos mentales.

Ella frunce el ceño, suspira con cansancio y trata de ponerse de pie. Pero Donovan interpone su mano izquierda, cogiendo su hombro. Ella lo mira con algo de sorpresa y él sonríe.

―Estás enojada porque di la oportunidad a la Prisión Eterna de quebrar a tu pequeña ex hermana. Pero no deberías tratar de hacerme sufrir, Violeta, no puedes.

Ella produce un chasquido entre sus dientes al comprender que Donovan utilizó su único poder para poder liberarse de la ilusión que creó, lo cual hace que Donovan la sujete de la mandíbula. Violeta suelta un grito de fastidio y él se ríe.

―Ahora comprendo a nuestros padres, ellos disfrutaban de este mismo tipo de momentos.

Él la suelta y da un paso hacia atrás. Ella lo mira con un poco de rencor, pero con miedo oculto en su visión.

―No eres tan fuerte como Audrey, no puedes lograr estremecerme como ella lograba. No eres cruel como Bryce y no eres valiente como Tadeus.

―Gracias por lo elogios –replica Violeta, sacudiéndose la arena que tiene pegada en sus piernas luego de pararse.

―Estoy siendo sincero. Tenemos que ser superiores a todos ellos, Violeta. No podemos dejar que todo lo que construimos hasta este punto se derrumbe. Hemos acabado con dos Elegidos, ¿Quién en la historia ha podido hacerlo?

Violeta se cruza de brazos mientras Donovan extiende los suyos a cada lado.

―El mundo será todo nuestro y los humanos nunca verán cómo los haremos caer ante su desdicha.

Ella no puede permanecer tranquila, se muerde los labios. Donovan ve la inconformidad en su prima y baja los brazos. La observa por unos segundos y sonríe con picardía.

―Tengo un ligero presentimiento que no quieres lo mismo que yo.

Violeta abre sus ojos con mayor fuerza, deja ver que tiene miedo. Él se acerca a ella, la rodea con sus brazos. Sube su mano derecha por su cintura, recorre la curva cercana a su busto y la hace reposar en la mejilla de Violeta.

Humagnus II - Los DestinadosWhere stories live. Discover now