Capítulo 10; Desconcierto.

37 3 4
                                    

 Empezó a sentir como rápidamente todo su cuerpo se humedecía por completo. Un frío atroz le hacía temblar mientras poco a poco habría sus ojos. La textura de donde estaba recostado boca abajo era dura pero a la vez suave; le daba picazón pero aún así era cómodo. Se sentó sobre lo que sería un mojado pasto, gotas de lluvias eran las responsables de que Jayden ahora mismo estuviese empapado.

-¿Qué me pasó?..- Musitó y empezó a sobarse la cabeza, pues una no muy fuerte migraña era responsable de que un agudo dolor le molestase; todo mientras miraba su entorno para tratar de hacerse una idea de su situación.

-Es verdad, logré escapar de esa ciudad por poco. ¿Pero qué hago aquí?- Notó un rastro de tierra causado por lo que parecía ser un objeto pesado en el pasto. Siguió el mismo con su mirada hasta encontrarse con una moto en muy mal estado repleta de barro. Sus retrovisores no estaban y la pintura aparte de sucia estaba toda rayada.

-Maldición, la moto. Espero que funcione- Se levantó del suelo y dejó de sobar su cabeza; se acercó hacia la moto mientras humo blanco salía de sus labios y nariz al respirar. Tenía mucho frío, demasiado para ser exactos. Pero estaba más preocupado por saber si la moto funcionaba o no, de lo contrario tendría que regresar a la ciudad a por un nuevo vehículo ya que no aguantaría mucho tiempo sin comida; tampoco se tomó el tiempo de pensar el hecho de que no tenía ningún tipo de herida a pesar de que se estrelló en la moto.

Se agachó y tomó la moto del volante mientras ejercía fuerza hacia arriba para levantarla. Se montó en ella e intentó prenderla; pero por más que insistiese ésta no encendía. Gritó una maldición a los cuatro vientos y se bajó de la moto mientras la dejaba caer. Corroboró que el cuchillo y las granadas permanecieras con él, ya que obviamente las necesitaría si iba a regresar a la ciudad.

Cuando se dio la vuelta para regresar, notó que no había nada en esa dirección. Algo confuso restregó sus ojos pero siguió sin ver los rascacielos a la distancia en la que estaba. Miró todo su entorno y solo veía un denso bosque a su izquierda y una llanura de pasto a su derecha. Reconocía ésta zona debido a que a menudo iba a la ciudad vecina a visitar a un amigo que allí vivía, así que sabía que no estaba nada cerca de la ciudad.

-Tiene que ser una broma ¿cuánto me alejé antes de desmayarme?- Hizo una pausa y se perfiló nuevamente a la moto empapada de barro; la lluvia momentánea ya había cesado pero el frío persistía. 

 Después de 1 minuto de de observación, una sonrisa se formó en su empapado semblante al recordar algo mientras pensaba -Como a 3km de acá hay una gasolinera, ahí quizá encuentre un coche. ¡Soy un puto genio!-

Dicho éso; no perdió más tiempo y sin importarle el frío que tenía ni lo empapado que estaba; empezó su caminata hacia la gasolinera.

***************

 Después de casi una hora de una caminata sin pausa; a lo lejos divisó un enorme cartel con el nombre de la gasolinera. Estaba cansado, muy cansado. El hambre lo carcomía poco a poco y sentía que se iba a desmayar; no había comido desde hace cuatro días más o menos. Lo único que quería ahora era tirarse al suelo y no levantarse por un buen rato, pero éso no lo podía hacer. No ahora que ya estaba a punto de llegar.

 Adelantó su paso y empezó a trotar mientras sonreía al ver la estructura de la gasolinera cada vez más cerca. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca, seis figuras humanoides hicieron acto de presencia justo en frente de la gasolinera. Por un momento creyó que eran humanos porque estaban de pie sin hacer nada; pero sorpresa se llevó al notar como uno de éstos se volteaba, revelando su desfigurado y ensangrentado rostro. 

 El zombie al ver a Jayden se dio la vuelta y soltó un gruñido que alertó a los otros 5 que estaban junto a él. Todos al unísono empezaron a correr hacia Jayden que ahora mismo estaba desenfundado el cuchillo táctico que había tomado del cadáver del militar. Adoptó una posición defensiva con su cuchillo en su mano derecha a la altura de su mentón; su mano izquierda en frente sobre su pómulo. Sus piernas algo separadas y firmes. Respiró tranquila y pausadamente ignorando por un momento el frío que sentía en su húmedo cuerpo y miró al frente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 20, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

NWO: Nuevo orden mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora