Capítulo 1

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Agosto, 1999

Era su primer día de clases y estaba muy emocionado, tanto que no dejaba dedar saltitos y soltar risitas al aire.. Al fin entraría al jardín de niños. Por mucho tiempo le insistió a su madre para entrar ya, pues le emocionaba el hecho de conocer a más niños y poder jugar con ellos.  Él quería tener muchos amigos.

Park JiMin con 4 años de edad era un niño risueño y tierno, capaz de hacer que cualquier persona cayera ante su preciosa sonrisa. Ojos pequeños que desaparecían cada vez que sonreía, cabello suave y brillante de color azabache, labios gruesos y rosaditos, baja estatura, un poco rellenito, manitos demasiado pequeñas y gorditas, mejillas grandes y rosadas. Sin duda alguna era un niño muy bonito. 

Su ternura e inocencia eran del tamaño del mundo, incluso más grandes. El pequeño aun no sabía qué eran las enfermedades, la gente mala y un sinfín de conceptos horrendos. Él sólo sabía sonreír cuando veía a una persona triste y sin duda, los hacía sentir mejor, fuera quien fuera. 

JiMin era muy feliz, y no sabía que debía disfrutarlo.


🍫


Esa mañana se apresuró a terminar su cereal en forma de aritos de colores con leche. Movía frenéticamente sus piernitas que no llegaban a tocar el suelo de manera intercalada. Quería entrar a su nueva escuela de una vez por todas. 

— Vamos, Minnie. —Su madre le tendió la mano.

— ¡Sí! —Sonrió feliz y de un saltito aterrizó en el suelo.

Tomó su mochilita en forma de reloj y caminó junto a su progenitora. Como podía le seguía el paso ya que su madre avanzaba más rápido que él y a tropezones intentaba alcanzarla. Sus cortas piernitas no le permitían dar pasos más largos.

Subieron al auto y la mujer codujo. El pequeño JiMin no dejaba de ver por la ventana. Le gustaba mucho salir a la calle para poder ver todo lo que había allí fuera. Miraba atentamente cada cosa que pasaba por su camino mientras comía uvas verdes. 

No pasó demasiado tiempo para que llegaran a la nueva institución del menor. Como pudo, JiMin abrió la puerta del auto y salió corriendo. Su madre sonrió y también salió apresurada detrás de él.

— ¡Minnie! —El pequeño se detuvo y miró a su madre levantando sus cejas—. ¿Y mi abrazo? 

JiMin corrió hasta llegar a su madre y abrazarla. Le dio un besito en la mejilla y se separaron. 

— Regreso por ti más tarde. No hagas caso a desconocidos y no salgas de aquí hasta que yo llegue, ¿entendido? 

— Claro que sí, mami ¿Ya me puedo ir? Quiero hacer amiguitos.

— Con cuidado, Minnie. Diviértete mucho.

El niño asintió frenéticamente y corrió nuevamente hacia el interior de la escuela con cuidado de no caerse. Estando allí vio a un niño que se encontraba llorando. JiMin inclinó su cabecita hacia la derecha en signo de confusión.  

"¿Por qué llora?"

Se acercó a paso lento y cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó el hombro del niño llorón. Este se asustó y dio un salto. Miró a JiMin quien tenía una gran sonrisa. 

— No llores, te aseguro que hoy será divertido. ¿Extrañas atu mami? Yo también y apenas se fue, pero haremos muchos amigos.

Acercó su manito al rostro de aquel niño para secar sus lágrimas pero este lo evitó de un manotazo que hizo doler el bracito de JiMin. 

— ¡Déjame niño tonto! —Gritó y después corrió.

JiMin estaba confundido por el comportamiento de ese niño pero lo olvidó al ver que una joven mujer con un delantal de color azul cielo —su favorito— se acercaba a él. 

— Ven, cariño. Vamos a tu primera clase.

El pequeño sonrió feliz y siguió a su nueva maestra. Miraba fascinado la gran cantidad de colores yjuegos que había allí. Cuando estuvieron dentro del aula, JiMin sonrió al ver a tantos niños.

— Buenos días, pequeños. Mi nombre es Kim Ji Won y seré su maestra. Ahora nos presentaremos para conocernos, ¿les parece? 

— ¡Sí! —Gritó la mayoría.

— Bien, —sonrió—, comencemos.

Varios niños se presentaron diciendo sus nombres y qué les gustaba hacer. JiMin escuchaba atento queriendo memorizar lo que cada uno de sus compañeritos decía para después poder hablar de las cosas que les gustaban.

— Mi nombre es Park JiMin y me gusta dibujar mucho, mucho. —Sonrió—. Y también me gusta mucho comer la comida que hace mi mami. 

— Bien, pequeño JiMin. Toma asiento.


🍫


Durante sus clases se la pasó haciendo muchos dibujitos para su mami. Tomaba crayones de todos los colores posibles para tapizar aquellas hojas. Hacía rayones de aquí para allá creando muchas cosas lindas a su ver. 

La hora de descanso había llegado y JiMin salió feliz. Vio a lo lejos un grupo de varios niños y se acercó entusiasmado dando saltitos y aplaudiendo. 

— Jugaremos a las escondidas. Él contará. —Dijo uno de los niños que allí se encontraba.

— ¡Quiero jugar! —Gritó JiMin llamando la atención de los demás menores.

— No, tú no.

— ¿Por qué? —Hizo un puchero.

— Porque eres un niño muy feo y gordo. No te queremos.

— Traigo comida. —Levantó su mochilita.

"Con esto me aceptarán, todo el mundo ama la comida."

— Qué asco. Seguro está muy mala.

— ¡Eso no es verdad! Mi mami cocina muy rico.

— Ya cállate, niño feo. —Y lo empujaron haciendo que cayera de pompis en el duro suelo de concreto. 

Todos rieron y nadie lo ayudó a levantarse.

Se alejaron del pequeño y él se quedó unos segundos más sentado allí. Se levantó y sacudió cualquier rastro de suciedad. 

Bajó la mirada un poco triste y se dirigió a una de las casitas de juego y se metió allí al ver que no había nadie. 

— Tal vez mañana quieran jugar... —Habló para sí mismo a la vez que soltaba un suspiro.

Sacó su sándwich de pollo y su juguito de naranja que tanto le gustaba. 


🍫


— ¿Cómo te fue, cariño? ¿Hiciste amigos?

— Bien, mami. Sí, hice muchos amigos. —Mintió.

— Me alegra mucho, Minnie. —La mujer sonrió.







He aquí otro fanfic YoonMin. Espero que sea de su agrado ❤️

Caught In A Lie [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora