Capítulo 8

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Por fin era sábado por la mañana. Movía sus piecitos frenéticamente mientras mordía su labio inferior. El pequeño JiMin estaba ansioso pues su Hyung le prometió que pasaría todo el día con él. Aunque al principio fue difícil que el padre de YoonGi le diera permiso ya que la madre del peli-azabache no se encontraría en casa.

Después de muchos pucheros, berrinches y demasiados "por fis" de parte de ambos niños, el hombre aceptó con la condición de que la nana de YoonGi los cuidara.

JiMin dio un saltito para bajar de su cama y mirar por la ventana. Sonrió y aplaudió al ver que su Hyung llegaba junto con su Noona.

Bajó corriendo las escaleras y abrió la puerta rápidamente para abalanzarse al niño pálido.

— Hyung...

— Minnie...

YoonGi sonrió al percatarse que JiMin estaba de puntitas para poder abrazarlo bien.

La madre del peli-azabache salió y recibió a la mujer. Ambos pequeños entraron a la casa tomados de sus manitos.

La señora Park le indicó a la nana algunas cosas mientras que JiMin y YoonGi sólo se miraban con una sonrisita.

Finalmente la madre del más pequeñito se fue.

— Vayan a jugar. En un rato el desayuno estará listo.

Ambos asintieron y se tomaron nuevamente de las manos para subir a la habitación del moreno.

Cuando estuvieron allí, YoonGi entró con cuidado detallando cada espacio de aquel lugar. Las paredes color azul cielo estaban tapizadas de posters de gatitos. Había unas cuantas fotos de JiMin siendo bebé que miró tranquila y perfectamente. JiMin era muy bonito.

— ¿No tienes otra foto como esta?

— Creo que sí, Hyung. ¿Por qué?

— Quiero una.

— P-pero Hyung... —Sus mofletes se tiñeron rápidamente de un lindo tono rojo.

— Necesito algo así de bonito en mi cuarto.

JiMin cubrió su rostro entre sus gordos deditos matando de ternura a YoonGi.

— ¿Por qué te avergüenzas, cachetón?

— Por todo lo que dices, Hyung. —Abultó sus labios.

— Sólo quiero una foto tuya porque eres muy bonito. — Se encogió de hombros.

— ¡Ya...~! — su carita fue nuevamente tapada por sus manitos.

El pelinegro, quien en ningún momento dejo de sonreír, se acercó al menor y tomó sus manos.

— Sí Hyung dice que eres bonito, es porque es cierto, ¿entendido, Minnie?

JiMin bajó la mirada y asintió.

— ¿Qui-quieres ver televisión, Hyung?

— Con una condición.

— ¿Cuál? —Lo miró con sus lindos ojitos brillantes.

— Que me abraces... mucho.

JiMin sonrió y asintió frenéticamente para después rodear con sus pequeños brazos el cuerpo de YoonGi.

El mayor se acostó en la suave cama de JiMin que estaba llena de su aroma a vainilla y perfume de bebé. El menor caminó hacia su cajón y del fondo de este sacó unas cuantas golosinas.

— Mami me regaña cuando como muchos dulces.

— Y tiene razón. No deberías comer esas cosas a esta hora.

— Pero Hyung...~ —Puchereó pero una idea apareció de repente—. Es una ocasión especial porque está hoy conmigo. —Sonrió—. Y si acepta, puedo darle muchos cariñitos.

— ¿Me estas chantajeando, cachetón? —YoonGi entrecerró sus ojos.

— No sé que es eso. —Su rostro de confusión era tan adorable.

— Maldición, JiMin.

— ¡Dijo una mala palabra! —Lo señaló acusatoriamente—. Y no me diga JiMin, prefiero cachetón o Minnie.

— Okey, Mochi.

Las mejillas del peli azabache se tiñeron de carmesí por su nuevo apodo.

— Está bien. —Cedió YoonGi.

JiMin sonrió y dio saltitos de felicidad. Rápidamente subió a la cama y abrió todos los empaques de golosinas.

— Con otra condición.

— ¿C-cuál?

YoonGi lo miraba sin decir nada y su pálida piel se hallaba un poco rosada.

— Un beso.

JiMin sonrió y se acercó a su Hyung para besar suave y dulcemente su mejilla.

Los labios del menor eran muy bonitos y rosados. A YoonGi le gustaban mucho.

Después de unas cuantas golosinas, más besos inocentes en la mejilla y muchos mimos, la nana de YoonGi avisó que el desayuno estaba listo.

Ambos menores bajaron y sonrieron al ver los hot-cakes. Olían delicioso y lucían espectaculares. Se sentían un poco llenos por la chatarra ingerida hacía un momento pero eso no les impidió devorar esos exquisitos hot-cakes  llenos de miel con su gran vaso de leche tibia.

JiMin tenía sus mejillas llenas y lucía tan feliz al comer. YoonGi sonreía por ver de esa manera al peli azabache. JiMin se estaba convirtiendo en alguien muy importante para él.

🍫

— Tengo sueño, Hyung. —El pequeño JiMin tallaba su ojito derecho.

— Pero no hace mucho despertaste.

— Lo sé pero después de comer me dio sueño. —Se encogió de hombros.

— Okey.

YoonGi tomó la mano del menor y se dirigieron a la cama de este último. Se metieron entre las cobijas y se abrazaron.

— Duerme bien, cachetón.

— Igual, Hyung. —Su voz sonó muy débil ya que estaba a punto de quedarse dormido. Y de un momento a otro ya se encontraba en un profundo sueño.

🍫

Sus ojitos comenzaron a moverse aún estando cerrados. Sentía suaves caricias en sus cachetitos que le causaban un poco de cosquillas.

Poco a poco fue despertando encontrándose con el rostro de su Hyung muy cerca del suyo. Este acariciaba su carita dulcemente y lo veía con demasiado cariño.

JiMin sonrió ante las acciones de su mayor y sintió sus mejillas calientes.

— Eres tan bonito...

— Hyung...~

El tono rosa en la cara del menor incrementóhaciendo sonreír a YoonGi.

— Hyung... me siento raro.

— ¿Qué pasa? — Preguntó asustado de repente.

— Siento cosas raras en mi pancita y todo mi cuerpo cuando usted está cerca. Se siente bien pero me preocupa ¿Qué es eso?

— Bueno... —Las mejillas de YoonGi se encontraban un poco rosadas—. Los adultos les llaman mariposas. Y es cuando alguien te gusta.

JiMin levantó sus cejas algo confundido.

— ¿Usted siente eso también?

— Desde que te vi por primera vez.

El peli-azabache sonrió.

— Me gusta mucho, Hyung.

YoonGi sonrió apenado pero enternecido por la confesión del menor.

— Tú también me gustas mucho, Minnie.

JiMin sonrió y le dio un besito en la mejilla. Después de eso se acurrucó en su pecho disfrutando del bonito momento con su Hyung.

Caught In A Lie [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora