Capítulo 7; a partir de ahora, Daniel.

481 7 2
                                    

*Narra Andrea*

Hace más de tres semanas que no se nada de los gemelos. A Jesús me lo he visto un par de veces por la calle pero ni me ha saludado y, bueno, Dani ni aparece. Los hecho de menos, eran mis únicos amigos en esta mierda de pueblo de viejos. Y todo por lo que pasó aquel día.

-¿Besa bien? Mi hermano, digo.-Me dijo Dani al día siguiente del beso, cuando me dijo de quedar para hablar.

-Pero... Dani, fue una confusión, aparte me puedo besar con quien quiera, te conozco de tres días y mo tienes ninguna potestad sobre mí.

-Para ti apartir de ahora Daniel y que no me comas el tarro niña que eres una guarra igual que todas, que me gasté 30 pavos en una puta barca, para que ahora vayas y te líes con mi hermano. Que no ha hecho ni el huevo, a si, dar penita.

-¿Y eso es lo que querías conseguir con la barca? ¿Liarte conmigo? Y me llamas "guarra igual que todas" el puto machista que utiliza a las mujeres para liarse con ellas.-Dije mientras me acerqué tanto que sus labios y los mios estaba a dos centímetros.

Y el puso las manos en mis caderas y yo en su cuello. Y nos besamos. Besaba mejor que su hermano. ¿Cómo dos personas tan iguales pueden ser tan diferentes? Pensé, sonreí y me despegué de él.

-Así no te has gastado 30 euros para nada. Apúntame en tu lista de "guarras e iguales" que yo te apuntaré en la mía de "capuyos". Adiós Daniel.-Dije y me alejé.

Ya hacía tres semanas de todo ésto y de verdad que no sabía como arreglarlo. Estaba dispuesta a perder el orgullo por ellos. Así que me vestí con unos shorts y una camiseta de Vans que me quedaba enorme y llamé a la puerta de la casa de los gemelos. Abrió Jesús, y lo abracé. Él me lo correspondió. Le dije que sentía mucho todo y el simplemente seguía abrazado a mí y sin soltarme. Le pregunté por su hermano. Me dijo que estaba en la plaza. Y casi arrastrando a Jesús fuimos, es un vago y no quería. Y ojalá no hubiesemos ido, porque no encotramos a un Dani inconsciente tirado en el suelo con montones de moratones y jadeando. ¿Por qué estaba así? ¿Quién le habría hecho tal cosa? Y sobre todo, ¿por qué?

Me dediqué a perderte. (Gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora