Capítulo 6; un chico que ni siquiera me gusta.

574 8 2
                                    

Dani se fue. Yo bajé a cenar y me acosté.

No pude dormir en toda la noche dandole vueltas a muchas cosas. ¿Sentía algo por Dani? No lo sé y es mejor no saberlo. Toda esta historia me está trastocando la personalidad de borde. Me está volviendo una chochona y puff no me gusta nada esto. No me gusta bailarle las aguas a un chico, no, yo no soy así. Yo me hago de rogar, y a partir de ahora por muchas ganas que tenga de darle un beso o un abrazo a Dani, me las voy a aguantar.

Y por otro lado, Jesús. Me da realmente mucha pena por lo que esta pasando, mi abuelo también se murió hace un año de cáncer y es lo puto peor que hay en esta vida. Tengo una gran necesidad de hablar con él. De ayudarle en lo que pueda. Si quiera he entablado una conversación con él desde que estoy aquí y ya era el momento. Le mandé un wa a Dani pidiendole el número de su hermano y me lo dio. Mañana le llamaría y le diría de quedar para hablar con él.

*Narra Jesús*

Abrí los ojos y me sacudí el pijama mientras me ponía de pie. Bajé a tomarme un cola-cao mientras me sonaba el móvil con un número desconocido. Lo cogí.

-Digame.-Dije.

-¿Jesús?

-Eso dicen.

-Jajajaja, soy Andrea y me preguntaba si querías salir a dar una vuelta al parque o algo.

-Está bien, en media hora me paso por tu puerta.

-Ok, adiós.

No se que querría Andrea pero lo que si esta claro es que sería un buen momento para aprovechar y conocerla. Si quiera había entablado todavía una conversación con ella.

Dani bajó.

-¿Quién era?-Dijo.

-Andrea, quería quedar.-Dije cortante.

-Ah, para eso me pidió tu número anoche. Cuidado con ella.

-Tendré cuidado si quiero.

De verdad que no quería hablarle así a mi hermano, pero es como si no fuera yo. No me encuentro bien y digo cosas que ni quiero decirlas ni las pienso.

Mi madre vino hacia nosotros.

-Chicos, ¿podéis comprar un par de cosas en el super? Que yo me voy con vuestro padre para comprar un sofá nuevo.-Dijo.

-Yo he quedado.-Dije.

-Pues tu, Dani.-Contestó ella. Este simplemente asintió y esperó a que mi madre sacara el dinero y se lo diera.

Me puse un polo celeste, unos pitillos blancos y mis vans negras y salí.

*Narra Andrea*

Jesús estaba a cinco minutos de venir y yo todavía no sabía como iba a empezar la conversación. Sólo se que tenía que empezarla. Que necesitaba hacerlo.

Tanto pensar y pensar sonó el timbre.

-Hola.-Dijo él.

-Hola, ¿qué tal estás?-Le pregunté mientras hechabamos a andar camino al parque.

-Mal, bueno supongo que mi querido hermano te habrá contado ya todo.

-Así es, y por eso quería hablar contigo. Verás hace un año también se murió mi abuelo de cáncer... es una putada lo sé, pero tienes que aprender a vivir con ello Jesús, ella lo querría así.

-Pero Andrea, un abuelo es un abuelo, y sabes que se va a morir. Pero ella tenía 14 años y una vida entera por delante. Una vida a mi lado si no se la hubiera llevado la mierda de cáncer. Ella me pidió antes de morir que cumpliera mi sueño de cantar por ella. Y ahora siento una gran presión, si no consigo ser algo jamás me lo perdonaré.

-Jesús, dios mio, vais a llegar muy pero requetemuy lejos, ¿os habéis escuchado?-Dije mientras nos sentabamos en un banco.

Jesús rió y me sentí orgullosa por conseguir lo que quería.

-¡Anda vamos a hacernos una foto para insta! ¡Que ahora han puesto retrica para Android y estoy muy motivada!-Dije riendolo y haciendolo reír otra vez.

Y hubo una confusión.

En la foto yo le quería dar un beso en la mejilla. Pero resulta que el también me lo quería dar a mi.

Y sin querer nuestros labios se rozaron.

Deberían haberse separado, pero no lo hicieron. Me estaba besando con Jesús Oviedo. Un chico que ni siquiera me gusta pero tampoco podía parar de besarle, era todo demasiado extraño, solo lo conocía de dos días, ni me gustaba, incluso puede que sintiera algo por su hermano, pero no por él. Pero no podía dejar de besarle. Hasta que dejé de hacerlo y todo porque vi por el rabillo de el ojo a un chico idéntico a con el que me estaba liando, con la boca abierta y tirando las bolsas con toda la comida del supermercado al suelo.

Me dediqué a perderte. (Gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora