Capítulo 16

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—Qué bueno es estar en mi preciosa cama—me acurruco acariciando las suaves sábanas contra mi mejilla—podría vivir aquí, solo contigo—le digo a mi cama mientras le doy un beso.

—¿Estar encerrada te flojeó los cables que conectaban un poco tu normalidad?—pregunta Sango riendo mientras se mira desde la puerta.

—¡Deja a los demás ser felices!—grito besando mi cama.

Ella se acerca al sofá que se encuentra en la habitación para sentarse y luego lanzarme un cojín.

—Estás loca—ríe sentándose en mi cama—no me has contado que sucedió entre Inuyasha y tú cuando te besó—muerdo mis labios y miro a otro lugar.

—¿Tengo que decirlo?—ella asiente.

—Es la ley de las mejores amigas—me siento en pose de indio para darle la cara.

Flash Back

Inuyasha posa sus labios sobre los míos y mis ojos se abren en sorpresa. Trato de moverme para quitarlo de encima de mí, pero su fuerza es más y me mantiene quieta. Quiero gritarle cuan idiota es, pero al abrir la boca su lengua navega entre la humedad de mi boca. Un jadeo de enfado sale de mis labios, el cual suena como un gemido de placer. Inuyasha se separa y lo miro molesta, sus ojos están dilatados como aquel día en el bar. Oro puro es el color de esos magníficos ojos dorados.

Abro la boca e Inuyasha aprovecha para besarme nuevamente. Esta vez no me opongo y dejo que saboree mis labios. Si algo Inuyasha tiene, es que besa increíblemente bien. Creo que es lo único que hace bien, claro, aparte de joderme la vida como se ha encargado desde que lo conocí. Inuyasha Taisho es un ser bastante molesto, pero ahora me encuentro aquí, dejando que me bese cuando solo quiero matarlo por ser como es.

Abrazo su cuello y lo acerco más a mí. Sus manos acarician mi cintura y la verdad se siente extrañamente... Excitante. Sus labios se mueven rápidos pero firmes sobre los míos. Es como si quisiera desgastarlos. El oxígeno se nos acaba a ambos y él separa sus labios de los míos para besar mi cuello. Deja los labios allí respirando entrecortamente igual que yo. Abro los ojos y me encuentro nuevamente con ese mar dorado. Él se separa lentamente para luego levantarse.

—Y de esa manera es como consigo callarte—una furia extraña aparece en mis venas, corriendo rápido.

—Eres un maldito idiota—lo insulto enojada.

—No me insultes—me advierte desafiante.

—Se me olvida que el señor es muy respetable, ¡MALDITO IMBÉCIL!—me acuesto en lo que ellos llaman una cama y le doy la espalda.

Fin del flash back

—Eres un imán para los problemas—me regaña Sango.

—No fue mi intensión—respondo mirando otro lugar.

—No debes avergonzarte Kag, ser así de infantil y problemática es lo que causa que todos te adoremos, esa personalidad que tienes es única—me abraza y yo correspondo—el señor Taisho te dio la mañana libre para que descanses y en la tarde te incorpores al trabajo—deja un beso y se levanta—¡mocosos ya nos vamos!—Sota entra en la habitación y me besa la mejilla.

—Que tengas buen día hermana—lo abrazo y sonriéndole.

—Tú también—le contesto. Lo veo marcharse y me levanto para tomar un baño. Me aseo y con las gotas de agua cayendo de mi cabello me lanzo a la cama para dormir un poco ya que anoche no lo hice.

Me levanto de golpe cuando la alarma suena y camino para arreglarme. Me coloco la usual falda de tubo con una camisa blanca perfectamente lisa. Mi cabello lo trenzo y dejo varios mechones fuera. Me maquillo natural y tomo las llaves del coche. Conduzco en dirección al infierno que llaman empresa.

¡¿Stripper?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora