Capítulo 6

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Capítulo seis "Tu eres el postre"

Su nariz rozó levemente la mía y sonrió de lado, mirandome con sus hermosas gemas verdes.

-No querrás jugar con fuego muñeca- susurró presionando su cuerpo aún más contra el mío- Podrías quemarte- agregó sensualmente.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-Yo ya estoy jodida- respondí subiendo mis manos por su nuca y agarrando sus rizos con mis dedos.

Él cerró sus ojos y cuando los abrió de nuevo estaban llenos de deseo.

-Sabes que no es cierto, eres una chica buena con una mala actitud- dijo mordiendo levemente su labio inferior.

Joder, era imposible concentrarme cuando hacía algo así.

-Si soy una chica buena, no debería juntarme con chicos malos, como tu- le rete.

-Me gusta que pienses que soy un chico malo- contestó.

-¿Por qué?- cuestioné.

-Es...interesante- respondió simplemente.

-¿Sabes qué más es interesante?- pregunté mirando directamente hacia sus ojos.

-¿Qué cosa, muñeca?- dijo apretándome aún más contra el coche.

Mierda, le sentía.

-Tu- respondí y lo aparté de golpe, alejando su cuerpo del mío.

-¿Por qué lo piensas?- preguntó acercándose de nuevo.

-No te lo diré- respondí levantando una de los cejas.

-¿Por qué?- preguntó mirándome con los ojos más abiertos de lo normal, no pude reprimir una pequeña risita.

-Ya te enterarás- dije encogiéndome de hombros.

-¿Intentas jugar conmigo?- preguntó riéndose.

-Quizás- contesté inocentemente.

Miró su reloj de mano y sonrió.

-Ya son las cinco, muñeca- dijo mirándome- Hora de nuestra cita.

Sentí un leve rubor calentando mis mejillas y miré el suelo, avergonzada, el sonrió aún más, lo hacía a propósito, cabrón.

-Te ves adorable- comentó acercándose y tomando mi mano.

-Idiota- refunfuñe soltándolo y abriendo la puerta del conductor, pero él rápidamente me lo impidió, tomándome por la cintura y sacando mi cuerpo del vehículo.

-¡Eh!- me queje golpeando su pecho.

-No tan rápido muñeca, conduzco yo- dijo depositándome en el asiento del copiloto.

-Eres un idiota- dije cruzándome de brazos, me sentía como una niña, y odiaba eso.

Harry subió rápidamente al asiento del conductor y al hacerlo soltó una risita.

-¿Qué te causa tanta gracia?- pregunté levantando una ceja.

-Tu- contestó encendiendo el auto.

-Usas mis frases en mi contra, ¿Eh?

-Tus monosílabos- me corrigió mientras avanzábamos entre el trafico.

-Olvidaba que eras todo un multifasetico- bufé rodando los ojos.

El resto del viaje fue realmente agradable. Harry encendió la radio y puso una emisora de éxitos bastante viejos.

-He pagado mis deudas, una y otra vez- comenzó a tararear la letra de We Are The Champions de Queen- He hecho mis oraciones, pero no cometí ningún crimen, y malas decisiones, he tomado pocas, he tenido mi parte de arena tirada en la cara, pero he sobrevivido- no pude evitar soltar una carcajada, Harry cantaba espantoso.

The perfect storm |h. s. punk|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora