Capítulo 3

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Capítulo tres "Gatita"

Trague saliva y miré hacia otro lado que no fuese ella y su excitante cuerpo, por alguna razón no podía, no podía mirarla así sin sentirme mal conmigo mismo.

-Ehm- traté de encontrar las palabras correctas- si quieres puedo darte algo de ropa, digo, hace mucho frío- le propuse, aunque sonó mas  como una pregunta que como una afirmación.

-¿Estás nervioso?- preguntó riendo. Mierda, su risa era hermosa y totalmente armoniosa.

-Para nada- aseguré sonriendo- Es sólo que no quiero que te enfermes- dije con inocencia fingida.

-De acuerdo, de todas formas no pensaba dormir precisamente- dijo subiéndose en la cama de nuevo.

-¿Qué pensabas hacer entonces? -pregunté con cierta dificultad, no podía creer que esa simple oración me había excitado de esta manera.

-Pensaba bañarme quizás- dijo mirándome- Solo si te parece bien- agregó tartamudeando, lo cual me causó ternura, sus cambios de ánimo me molestaban, pero si serían como este, me agradarían.

-Claro, el baño es ese- señalé la puerta que estaba al lado de mi armario- Puedo prestarte ropa si quieres.

-Sería increíble, gracias- sonrió y entró al baño.

Abrí mi armario y saqué una camisa de los Rolling Stones junto con unos boxers negros, toque la puerta y ella asomó su cabeza.

-Ten- dije dándole la ropa- Puedes usar mi toalla, abajo del mueble hay un cepillo de dientes nuevo, puedes usarlo- le expliqué, no sabía porqué me estaba siendo tan amable con ella, simplemente cuando veía sus ojos grisáceos no podía evitarlo.

-Gracias- dijo cerrando la puerta de nuevo.

Me senté en la cama esperando a que Abby saliera de la ducha, mierda ¿Qué estaba haciendo? No tenía ni puta idea de quién era ella, ¿Por qué la había traído a mi casa y la había dejado usar el baño de mi habitación? No lo sabía, no entendía que me estaba pasando, pero tenía que detenerlo,  mañana la llevaría a casa de su familia y adiós para siempre.

De pronto escuché mi teléfono sonar, me levanté y lo tomé de la mesa que yacía al lado de mi cama.

-¿Hola?- pregunté atendiendo la llamada.

-Harry- contestó aquella seca voz que ya yo conocía.

-Darren, ¿Qué sucede? -pregunté tratando de no sonar nervioso.

-Mi dinero Harry, mi dinero- contestó fríamente.

-En un mes será tuyo- respondí seguro de mí mismo.

-No mas de un mes Styles- advirtió cortando la llamada. Tiré mi teléfono a la cama en un ataque de frustración, mierda, todo era culpa de mi jodido padre.

- Ya estoy lista- susurró Abby saliendo del baño y sentí que toda mi rabia se esfumaba, se veía jodidamente bien, la camiseta le llegaba hasta mas abajo de los muslos,  haciéndola aún mas deseable.

-Genial- fue lo único que pude decir, sentía que en cualquier momento podría saltar hacia ella, yo sería el depredador y ella sería mi presa.

-De acuerdo, ya en serio, ¿dónde dormiré?- dijo tratando de alisar su cabello con sus finos dedos.

-En mi cama,  yo dormiré en el sofá- dije señalando el pequeño mueble que estaba al lado de la ventana.

- Eso ni cuenta como un sofá, tendrías suerte si puedieras siquiera poner tu pie ahí- dijo riendo.

-Dormiré abajo- dije entrando al baño, estaba un poco lleno de vapor por la ducha que Abby había tomado, busque mi cepillo de dientes y lave mi boca, apoyé mi mano en el mueble para poder escupir y sentí algo blando, pero duro a la vez.

-¿Qué coño?- susurre girando la vista, una sonrisa se formó automáticamente en mi rostro mientras tomaba la preda entre mis dedos, era el sostén de Abby, joder, era caliente, de encaje negro y de un tamaño considerable, sonreí para mi mismo y terminé se enjuagar mi boca.

-¿Dónde coño esta?- susurró Abby buscando algo en el suelo de mi habitación.

-¿Buscabas esto?- dije levantando la prenda entre mis manos y sonriendo de lado.

-Dámelo- dijo frunciendo en ceño y caminando hacia mi.

-Tranquila gatita, esconde las garras- me burle levantando la su sostén y dejándolo fuera de su alcance- Guardalas para cuando estemos en la cama- susurré en su oído y pude ver como la piel de su nuca se erizaba ante mis palabras.

De pronto se alejó de mi y se sentó en la cama.

-Está bien, quitale su ropa a esta pobre americana que solo lleva horas en este país y se está llevando una mala impresión gracias a cierto idiota- dijo mirándome.

-De acuerdo gatita, aquí tienes- dije tendiéndole la prenda de encaje, ella la agarró y sonrió levemente.

-El cambio de horario me afecta- dijo cubriendo su boca con su mano, evitando que gran bostezo llegara a mis oídos.

-De acuerdo, iré a dormir- dije girando mi cuerpo hacia la puerta, pero un leve susurro me detuvo antes de salir.

-Gracias Harry- sonreí y cerré la puerta detrás de mi.

Después de buscar un vaso con agua miré el gran sillón de mi sala y me acerqué a él, sería una larga noche.

Este es el tercer capítulo, estoy muy emocionada con esto, así que por favor sigan votando y comentando. xoxo

The perfect storm |h. s. punk|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora