Llega la mañana; y su rutina era como un reloj, que marcaba la hora sin perder un segundo, así era la vida de Sofía cada mañana a las 4 de la madrugada ya estaba incorporada y en la cocina, preparando el desayuno y el almuerzo para dejar todo listo y salir a la fábrica, había sido así durante once años. Antes tenía que dejar la pequeña Charlotte en la escuela, Escarlet ya estaba en el último año de la preparatoria y Alejandro en la universidad estudiando medicina.
Llegaba la noche y Sofía empezaba a organizar el día siguiente, pero a pesar de lo cansado del día y su fatiga la cual era normal dada la condición de salud en la que se encontraba, su mente se mantenía muy activa sus pensamientos no paraban divagaban en cada segundo que tenía.
-mañana es domingo decía -Sofía con una voz tranquila y apacible, me gustaría tener tiempo para ir donde mi comadre Teresa y tomar él te con ella y sus modernas amigas, pero en verdad no puedo tengo que lavar la ropa de los chicos y organizarla para que puedan iniciar su semana con todo listo y así no tengan más preocupación que la de sus estudios.
- Alejandro vive muy ocupado con sus estudios de medicina, ser Doctor no es fácil decía Sofía, -Escarlet siempre tiene muchas tareas y mi pequeña caracolito es tan pequeña para tener responsabilidades solo debe pensar en sus muñeca y el disfrutar su niñez ya que es tan corta-.
Casi llegaba el final de año, la fábrica para la que trabajaba daba vacaciones de dos semana, la cual Sofía nunca en once año había tomado, para Sofía el trabajar en vacaciones representaba un dinerito extra el cual siempre invertía en las necesidades de los chicos.
-hola Sofía escucho una voz que venía de la entrada de la casa, con cara de asombro al escuchar aquella voz Sofía corrió a la puerta – hola Cesar como estas ¿qué extraño verlo en mi casa? pase adelante decía con voz entusiasmada. En realidad he venido a visitarla porque la he notado un poco pálida y quisiera saber si se encuentra bien y si puedo ayudarla en algo, - gracias Cesar muy amable de su parte si estoy bien gracias a Dios, no debió preocuparse. Cesar era un compañero de trabajo que habían trabajado juntos todos estos años.
- quiero que me tenga confianza Sofía si algo le pasa yo tal vez pueda ayudarla, decía aquel hombre con entusiasmo. Sofía era una mujer muy hermética y reservada de sus cosas y también de su vida personal, había sido así toda su vida y le costaba mucho tratar de cambiar. ¡No! Decía con voz autoritaria, estoy bien creo que son los años, y ya me estoy poniendo vieja, pero descuides y gracias por preocuparse, estoy muy bien volvió a repetir.
Cesar se quedó esperando que Sofía le brindara asiento y tal vez una taza de café, pero eso no ocurrió- Cesar gracias por venir y preocuparse por mi salud pero creo que debe usted marcharse, le decía Sofía con un tono de apuro – Esta bien nos veremos el lunes en el trabajo, ¡Gracias y cuídese! Exclamo la mujer en la entrada de la puerta. Lugo de aquel suceso Sofía tomo la silla junto al retrato viejo de la familia que hacia colgado en la pared de la sala hace ya bastante tiempo, un suspiro largo se escuchó y luego unas palabras en tono muy bajos que repetía como si no quisiera ser escuchada por nadie, todo hubiera sido diferente, todo hubiera sido diferente uuuff.
-¡mama, mama! Exclamaba la pequeña Charlotte, ¡Tengo hambre! mucha repetía con entusiasmo, -está bien prepare algo delicioso para ti decía su madre con voz dulce, solo tiene que prometerme comer toda tu comida, para que pueda crecer sana y fuerte- claro por su puesto lo prometo mama, es una promesa de pulgares y así ponía su mano junto a la de su madre. El tiempo pasa rápido y pronto mi Caracolito será toda una mujer de bien, esto estaba en el pensamiento de aquella mujer, la que se había negado tiempo para sí misma y la cual moría lentamente-
El tiempo pasaba rápido, y también así avanzaba con él la enfermedad de Sofía, la cual había asumido con gran valentía. Aquella mujer había dejado pasar tantas cosas, se había negado la oportunidad de una nueva vida, de tener un compañero, un esposo que velara por ella y que le acompañara al final del camino, que le hiciera ver los colores de la vida, que se puede cuidar de la familia y darle amor y atención a los hijos, teniendo una persona al lado, que entre dos la carga es más fácil de llevar.
Esa noche Sofía se fue a la cama pensativa y esperando respuesta de lo que aún no había preguntado, pensando en el pasado y recopilando cada detalle de su vida está, justo ahí estaba, nada ha cambiado no hay nada nuevo en mí, solo esta enfermedad que consume por dentro y llega hasta mis tuétanos. Esa noche le estaba visitando la conciencia y le reclamaba el haberse convertido en una marioneta del tiempo.
No tuve amigas, no visitaba a la familia y solo he estado al cuidado de mis hijos, solo en sus necesidades, no tuve tiempo de salir con ellos, ir al parque y hacer actividad juntos, ahora ellos han crecido y viven en su propio mundo y en vuelto en sus propios afanes, pero ahí aparecía la resignación, bueno es lo que me toco ese fue mi destino y no está bien delante de Dios quejarme. Era el engaño con lo que alimentaba su conciencia cada día. Sofía seguía haciéndose víctima de las circunstancias, pensar en lo que era su vida y no hacer nada para cambiarlo.
La mañana siguiente Sofía se preparaba para el ritual de su vida cotidiana cunado de repente, Alejandro JR. –mama quiero darte una noticia decía con un voz acentuada- dime hijo que es lo que te preocupa lo sé por el tono de tu voz –bueno madre quiero decir que he concursado para una beca en la universidad y anoche me llego la correspondencia informando que fui aceptado en el centro de medicina avanzada de San Francisco California. Sofía quedo paralizada no sabía si reír de felicidad con aquella noticia o llorar por lo que esto significaba, y opto por la primera -¡Cariño! Estoy tan orgullosa de ti no esperaba menos de ti y sé que esto es solo el comienzo, solo que San francisco esta tan lejos, pero nada empañara mi felicidad, - para cuando piensas irte- bueno madre me pondré a investigar pero pienso que para fines de mes- Sofía con una expresión que no podía disimular,- exclamo con una voz baja y melancólica hijo es casi fin de año es decir que no estará en casa para navidad- ¡No Madre! No estaré para navidad.
Bueno mi tesoro tu madre desea lo mejor del mundo para ti, así que tiene mi apoyo incondicional, con un beso en la frente se despidió de su hijo y se dirigió a su trabajo.
Todo el día pensamientos involuntarios llegaban a la mente de aquella mujer
Tales como,
¿Estaré viva para cuando regrese?
¿Quién cuidara de el en un lugar tan lejos de casa?
Esto preocupaba la mente de Sofía, sin pensar ni por un segundo en ella.
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Marionetas del tiempo
RomansaCuando llegamos a esta tierra, vinimos con el propósito de vivir y aprender; pero luego nos envolvemos en tantas cosas que nos olvidamos de lo primero, nos convertimos en marionetas del tiempo, personas manipulable y llenas de carencias.