Tu historia (chicos de Hogwarts y tu)

Beauxbatons

–Mamaaaaaaa– grité exasperada desde mi habitación.
–¿Qué pasa _____? Vas a asustar a los vecinos– dijo entrando en mi habitación.
–Mamá, este traje es ridículo, no comprendo la necesidad de llevar un gorro ni este color rosa fosforescente ¡NO SOY UN ROTULADOR!– Al decir esto baje un poco la voz sabiendo que si mi voz natural era estridente, mi voz al gritar haría que de seguro llamasen los vecinos a quejarse.
–Cariño, es el uniforme de Beauxbatons, no querrás que lo cambiemos ¿No?- dijo divertida.
Resople como lo hacían los caballos y mi madre me miró preocupada, era mi tercer año en Beaxbatons y puedo decir con toda seguridad que no había sido agradable ni para mi ni para mis profesoras, las cuales se desvivían por hacerme una señorita. Sin éxito por supuesto.
–¿Tu quieres ir a Beaxbatons?– me pregunto dejándome totalmente en shock– Por supuesto que no quieres no sé ni para que pregunto, mira ______ hoy en la tarde viene tu padre, si lo convences de que eres una auténtica señorita, quizás te deje cambiar de escuela.
Mis padres no estaban divorciados ni nada parecido, al contrario se querían, pero mi padre era un hombre ocupado y viajaba mucho. Se preocupó mucho de mi educación y de la de mi hermano, a mi, quiso hacerme una educada señorita enviándome a Beaxbatons, y a mi hermano, el cual va comenzar su quinto año, lo quiso hacer un hombre fuerte y valiente enviándolo a Dumstrag. Respecto al objetivo con mi hermano, lo ha logrado, el es un hombre fuerte, enérgico y valiente que no se asusta de nada. Mientras que yo sigo siendo la niña pequeña que tropieza con sus propios pies. Mi madre salió de la habitación sin mediar palabra, estuve toda la mañana practicando mis modales hasta que llegó mi padre, me lancé a mi cuarto y hice como si bordase un cojín que había preparado mi madre Anejos el cual aparecía mi familia.
–Me encanta ese bordado– dijo mi padre mirando por encima de mi hombro.
–Padre, no te noté entrar– dije aunque si lo había hecho– aún no está acabado, la nariz de Simón está algo torcida.
—Bueno, a mi me parece muy bonito– dijo sentándose a mi lado.
–Voy a guardar este desastre– dije incorporándome aunque mi habitación estaba más limpia que en mi vida y lo único desastrado era el bordado y un par de agujas. A partir de entonces me comporté  como una auténtica señorita esperando que mi padre aceptase el cambiarme de escuela.
–______, he visto como te has comportado hoy y no ha sido de mi agrado– dijo mi padre consiguiendo que se me encogiera el corazón, mi madre me miró con lástima y mi hermano Simón esbozó una sonrisa de burla.
–Tienes toda la razón padre, una incompetente– dijo Simón encantado de molestar.
–No he acabado Simón, a lo mejor eres tú el que debería ir a Beaxbatons con una falda y dos coletas– dijo haciéndolo enmudecer– pero, he notado que _______ deja mucho que desear con el tema de la Magia, por ello creo que este año y los que continúen irás al colegio de magia y hechicería de...– paró para beber un poco de agua haciendo una pausa bastante dramática– mucho ,ejercicio, este agua está a una temperatura ideal, Bueno como decía, este año y los que continúen irás al colegio de magia y hechicería de Hogwarts en Escocia.
Cuando dijo estás palabras mi felicidad reventó las paredes aunque traté de no mostrarlo.
–Lo que desee padre– dije tranquilamente aunque por dentro quería saltar y correr, HOGWARTS IBA IR A HOGWARTS!!!!!