Ethan© •|Sin Editar|•

Capítulo 10

Mis dedos sostenían el trozo de vidrio con fuerza.

Un destello de miedo cruzó por mi sistema, pero lo hice a un lado y presioné el objeto punzante contra el dorso de mi muñeca izquierda.

 como mi piel se rajaba, como mis tejidos se desprendían.

Cerré los ojos y tense mi mandíbula a causa del dolor,mientras sentía como un liquido tibio se escurría desde mi brazo hacia mis dedos.

Abrí los ojos nuevamente y desicidí presionar otra vez.

Pero no lo hice, no se me fue permitido.

La puerta de mi baño se abrió de golpe, causando que gire mi rostro, de forma abrupta, hacia ella.

La mirada de Tate se fijaba en mi brazo izquierdo con horror.

Dio un paso hacia donde me encontraba, para luego correr hacia mi y arrebatarme el trozo de vidrio de mis manos.

—¿Pero qué...?—

—No te metas en mis asuntos,Tate— dije con la voz ronca—devuélvemelo— ordene mientras me sostenía de mi mesa de luz.

—No— medio grito Tate— ¿Por qué lo haces?

Una sonrisa mitad malvada y mitad irónica se extendió en mi rostro.

—¿Por qué no hacerlo? Tu no sabes por lo que pasé, no tienes derecho a juzgarme—

Una carcajada de puro coraje broto de los labios de mi compañero de baño.

—¿Crees que las personas que estamos aquí no pasamos por cosas difíciles antes?—

En el tiempo que estuve aquí jamas lo había visto tan enojado, juraría que estaba furioso, pero no entendía el por qué.

—¿Y a ti qué más te da? De todas formas, nacemos para morir ¿Por qué no adelantar las cosas?—

—¿Sabes? No se que problemas hayas tenido, pero todos aquí los tenemos. No solo aquí, el mundo entero tiene problemas—dijo, juraría que sus cuencas estaban llenas de lágrimas no derramadas.— No es valiente aquel que gana la batalla, al contrario,lo es ese, al que el mundo se le vino encima, al que dejaron hecho pedazos en el suelo y aún así, se levanta y con todas sus fuerzas restantes, lucha por salir adelante, por encontrar una luz que guíe su camino.—

Mi pecho se oprimió, quería decirle algo, pero sabia que cualquier cosa que dijera, no serviría, él tenia razón, todo el mundo puede salir adelante, porque la gente lucha, es valiente.Pero yo me rendí hace mucho tiempo, hace mucho tiempo me convertí en un puto cobarde.

—Quiero que dejes esta mierda— alzo el trozo de vidrio que tenía entre sus dedos—quiero que salga al mundo con tu mejor sonrisa, con tus mayores energías. Quiero que busques algo, lo que sea, algo que no te dañe, quiero que te aferres a él y luches.Quiero que vivas. Y me importa una puta mierda que apenas nos conozcamos, quiero que sepas que puedes contar conmigo.—su pecho subía y bajaba con fuerza— Ahora iré a mi cuarto por algo para parar el sangrado, tú te sentaras en esa puta cama y me esperaras todo el puto tiempo que me tome buscar lo que necesite y desde ya te aviso que si cometes alguna tontería en mi ausencia, así tenga quere vivirte para hacerlo, te daré una putiza de la que te arrepentirás toda tu vida cabrón.—

Un intento de sonrisa se poso en mis labios y asentí,mientras Tate se dirigió a su habitación.

Extendí mi cuerpo sobre el largo de mi cama y una unas repentinas ganas de llorar se instalaron en mi pecho.

Lo único que les agradecería a mis padres, es el haberme enviado a este centro.

Tate ingresa nuevamente a mi habitación con unas vendas y una caja de primeros auxilios en sus manos, me pregunto de donde los habrá sacado, no creo que en el centro se este permitido tener eso.

En silencio para -el ahora- leve sangrado en mi brazo y se dedica a higienizarlo, para luego vendarlo.

Entre los dos recogemos el desorden que causo mi furia.

—Siento haberte hablado de esa manera— dice Tate,rompiendo el tenso silencio—sinceramente, me causo mucha impotencia verte queriendo acabar con algo tan preciado como lo es la vida.—agrega con una mueca—Además, sentí miedo de perderte ¿Sabes?  Para los chicos y para mi, ya eres parte del grupo, de nuestros corazones.—

—Yo también los aprecio—dije mientras terminaba de arrojar el ultimo trozo de vidrio a la bolsa— y te agradezco las palabras, tienes razón en todo lo que dijiste— le sonrío.

Tate me devuelve la sonrisa, pronuncia un "Que tengas buenas noches" y se dirige en dirección a su cuarto.

Lleno mis pulmones de aire y lo expulso al instante, me recuesto en mi cama y fijo mi vista el reloj que cuelga de la pared.

3:13 am.

Cerré mis ojos y trate de conciliar el sueño nuevamente, recordando las palabras de Tate.

No es valiente aquel que gana la batalla, al contrario, lo es ese, al que el mundo se le vino encima, al que dejaron hecho pedazos en el suelo y aún así, se levanta y con todas sus fuerzas restantes, lucha por salir adelante, por encontrar una luz que guíe su camino.