Capítulo 1- Príncipe Oliver

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24 de mayo de un año que todos desconocen.

Michael estaba casado con Emma, una muchachita bastante buena. Ambos habían decidido tomar un descanso de los humanos y plantearse sobre tener una familia.

Emma apenas hace unas pocas horas había dado a Luz a su segundo hijo, Matt.

Matt era normal. Tan normal que no destacaba entre los demás. A comparación con su hermano Mike, que aunque no era muy bueno en carácter destacaba por sus cuernos.

Emma tenía Matt en sus brazos. A pesar de que es su segundo hijo ella siente que es como si fuera el primero. No quería soltarlo, quería ver sus risos que al pasar de las horas crecían bastante rápido. Sólo en pensar el hecho de cortarle el pelo cada 2 días la hacía sentir un poco desanimada, pero no sería por mucho.

Michael entró al cuarto en donde Emma estaba con Matt. Al ver a Matt a Michael le saltaron unas lágrimas, el tiempo que esperaron valió la pena.

Emma y Michael vieron a Matt crecer, era hermoso. Sin embargo ya tenían que hacer algo con él. Se supone que ya tuviera un humano pero lo único que hacía era quedarse frente a una fuente de la ciudadela observando a la gente. Ella se había ofrecido a ayudarlo pero Matt le decía que ya tenía a uno en la mira.

Todos se burlaban de él, algunos incluso pensaron que era mudo, ya que, nunca respondía a los insultos. Mientras soportaba las burlas él estaba sentado dibujando cualquier cosa que se le llegara a la mente. Pero lo más que hacía era observar a un muchachito crecer para aparecerse en el momento justo.

15 años H tardó para llegar hacia el humano, un príncipe caprichoso, en la edad más rebelde, los 16. Matt tomó el trabajo más difícil para ser un Demonio que ni prácticas había tomado.

Un día estaba sentado como siempre al frente de la fuente. De momento ve 2 carrozas de muy baja calidad van lo más rápido posible mientras guardias reales van detrás de ellos.

Otra carroza se les atravesó a los guardias bajándose de ésta 7 hombres lanzando flechas y atacando a los guardias. Eran pocos, pero lo suficiente para dejar a más de una docena de guardias muertos en el suelo, bajo un gran charco de sangre tibia.

Matt no quería ni podía hacer nada, por lo que se dirigió al Palacio con las manos entrelazadas en su espalda y dando pasos muy grandes pero lentos. En poco tiempo estaba en su destino. Tomó un respiro y tocó la puerta del Palacio. El guardia abre la puerta e inmediatamente al ver a Matt pone una cara de tristeza y lo deja pasar. Él lo lleva hasta el lugar en donde el príncipe estaba entrenando. Con mucho respeto Matt se dirige hacia él callado.

—Ya era hora, han pasado 16 años. -dijo el chico apuntando con el arco hacia un objetivo.

—Si quieres me puedo ir.

—No me molestas, me agradas.- el joven pelirrojo de pecas y cuerpo un poco formado deja su arco a un lado.

—Me gusta.

—¿Qué? Ah, esto. Es viejo, lo compré en una tienda. Si quieres te puedo enseñar a manejarlo.

—Vaya, sería divertido.-Matt se queda en silencio viendo el arco dorado del príncipe.- Muy hermoso.

—Según me habían contado los Demonios son asociales, que solamente se presentaban y no te hablaban incluso por años. -dijo el joven tensando la cuerda del arco para lanzar una flecha.

—Tal vez será porque así los entrenan.

—¿Por qué dices "los"? -baja el arco por un momento moviendo su vista hacia Matt.

—Nunca fui a practicar, soy de esos que aprende por sí solo. Pero si quieres yo me puedo quedar callado.

—Príncipe Oliver, a su servicio.- dijo el joven al darse cuenta de que no se había presentado.

—Matt, gusto en estar a su lado.

Oliver sabía que cuando un Demonio llega significa que tendrás que separarte de lo que más amas y luchar por volverlo a tener, bueno, ese era su caso, o los casos que a Matt le llamaban la atención.

En ese instante llega el mismo guardia que atendió a Matt corriendo hacia donde estaba el príncipe. Tenía un papiro en mano, lágrimas en los ojos y sangre en su armadura.

—Príncipe... -para 10 segundos a tomar un respiro- La reina y la princesa han sido secuestradas. Tratamos de salvarlas pero nos superaron en mayoría, calleron más de una docena de sus hombres.

—Me lo esperaba. -dijo Oliver caminando hacia dentro del Palacio- Yo me encargo de esto, mientras pongan más guardias a la vigilancia.-lo dijo de una forma tan tranquila que ni parecía preocupado.

Oliver caminó con sus brazos en la espalda hasta su recámara. Matt notó que la noticia le había afectado, pero se quedó en donde estaba analizando la estructura del arco.

El guardia se quedó a solas con Matt y éste le entregó el papiro que tenía en mano.

—Sé que sabes todo esto, pero es mi obligación entregártelo. Desde que el Rey abandonó estas tierras el príncipe está muy desorientado.

—Él está vivo.

—Yo lo sé. -el guardia se fue en un silencio cortante. Matt sabía lo que tenía en manos, pero no era de su incumbencia.

Agarró 2 pedazos de un árbol que había cerca, uno recto y otro curveado y se los llevó. Se fue a la cocina a preparar un té para Oliver. No es el mejor pero es pasable.

Agarró un cuchillo que había en el cajón y llevó el té.

Justo en frente a la puerta escucha unos pasos a lo lejos, se distrajo contándolos. Después se dió cuenta que había agarrado el cuchillo mal y había un charco de sangre en el suelo y toda su ropa estaba sucia.

No tuvo otra opción que llamar a la puerta de Oliver.

Toca tres veces.

—Pasa.

—Oliver, ¿no tendrás ropa que me prestes? 

—¡¡¡MATT!!! -Oliver agarra la sábana de su cama y tapa la herida de Matt.

—Te traje té, pero creo que tiene sangre.

—No te preocupes por eso, llamaré a alguien para que te ayude.

—Nah, estoy bien.

—Matt, si sangrar por una cortadura de un cuchillo significa estar bien yo no quiero estar bien.

—No te preocupes, solamente necesito ropa para bañarme y de vez desinfectar la herida.

—Bueno, espero que sea así. -Oliver se da la vuelta y saca 2 piezas de ropa de su armario.

—Gracias. —Matt toma la ropa y se va al baño.

Llenó la tina de agua y cuando se mete inmediatamente se vuelve roja. Si así de mal iba su primer día, que ni a tan sólo 3 horas ya estaba herido no quería pensar en lo que sucedería después.

Se sumergió en el agua y dejó que sus pensamientos lo consumieran.

Fin del capítulo 1

A Simple Boy, A True Demon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora